martes, 10 de agosto de 2010

Una nueva transnacionalización en Argentina

Las empresas argentinas, en la mira de países emergentes. Capitales chinos, indios y latinoamericanos lideran un nuevo proceso de transnacionalización. Por Alfredo Sainz. LA NACION
La última gran compra de una empresa argentina no la protagonizó una compañía norteamericana ni española, sino china. Hace cinco meses, en una millonaria operación, la empresa estatal Cnooc se alzó con la mitad de la petrolera argentina Bridas y, de esta manera, se consolidó como un jugador relevante en el mercado local de la energía.
La venta de Bridas es sólo un ejemplo más del continuado proceso de transferencia de firmas locales a manos de capitales extranjeros que se inició en los 90 y que en los últimos años se mantuvo inalterable, con sólo un pequeño cambio en el origen de los capitales. En tiempos de la convertibilidad, las empresas argentinas eran adquiridas por corporaciones multinacionales que tenían su casa matriz en Nueva York o Madrid, y ahora los compradores provienen de mercados menos glamorosos, como China, India, Brasil, Rusia y hasta algunos países vecinos, como Perú y Colombia, que hasta hace poco vivían un flujo contrario de las inversiones que iban desde la Argentina hacia allá.
A nivel internacional, la avanzada de las multinacionales emergentes es liderada por las compañías chinas e indias -que, de acuerdo con un estudio de la consultora abeceb.com, ya suman inversiones en el mercado argentino por más de US$ 3500 millones en el último año y medio- y se inscribe dentro de un cambio en el orden económico mundial, en el que las nuevas potencias asiáticas y latinoamericanas empiezan a ocupar lugares relevantes que hasta hace poco estaban vedados para los países que no fueran europeos o de América del Norte.
"La necesidad de estas nuevas potencias de asegurarse en el futuro el aprovisionamiento de materias primas e insumos básicos para apuntalar el crecimiento de su producción industrial, así como el abastecimiento alimentario de su población impulsa las inversiones en sectores estratégicos tales como minería, petróleo y gas, acero y alimentos", explica Dante Sica, director de abeceb.com .
A nivel local, empresarios y analistas reconocen que, más allá de las diferencias culturales que separan a la Argentina de los países asiáticos, los empresarios chinos e indios cuentan con cierta ventaja a la hora de hacer pie en el país.
"Más allá de las diferencias culturales, los empresarios de mercados emergentes comparten una capacidad de adaptación mucho mayor que la que puede tener un europeo o un norteamericano. Como surgieron sin la ayuda del gobierno y en condiciones de competencia mucho más duras, los ejecutivos y emprendedores latinoamericanos están obligados a ser más creativos e ingeniosos para sobrevivir", explica el mexicano Alfredo Paredes, director de la consultora Capitol City Latinoamérica.
En la misma línea, en la empresa peruana Alicorp -que en los últimos dos años se alzó con marcas reconocidas del mercado argentino, como los champús Plusbelle y las galletitas Okebon- destacan el origen latinoamericano como un activo fundamental a la hora de entender la indiosincrasia local.
"La gran ventaja que tenemos frente a un empresario norteamericano o europeo es que sabemos dónde estamos parados. Para cualquier latinoamericano, los problemas que enfrenta la economía argentina no son nuevos, y más allá de que sabemos que no son modelos que deberían aplicarse, no tenemos miedo a invertir en este clima de negocios", explica Leslie Pierce, CEO de Alicorp.
La paradoja de esta internacionalización de las empresas asiáticas y latinoamericanas en gran parte del mundo es que, al menos hasta ahora, las compañías argentinas no se supieron subir a la ola y siguen teniendo una presencia muy limitada en el exterior. Más allá de Techint -que se puede considerar la gran multinacional de origen argentino- y un puñado muy reducido de compañías como Arcor, Bagó o Roemmers, la Argentina prácticamente no cuenta con empresas que hayan apostado fuertemente a su desarrollo internacional.
En el momento de explicar este pobre desempeño externo de las compañías argentinas, los empresarios y analistas no dudan en atribuírselo a la histórica falta de financiamiento que tuvieron y siguen teniendo las compañías locales. "Cuando los brasileños vienen y compran Quickfood, lo hacen con los fondos que les presta el Bndes [el banco de desarrollo estatal de Brasil], y éste es un déficit histórico que sufre el empresariado argentino", explica Marcelo Elizondo, ex director ejecutivo de la Fundación Exportar que, tras abandonar la función pública, creó su propia consultora, DNI.