jueves, 18 de junio de 2009

El BRIC: una nueva realidad mundial

El BRIC se convierte en gigantescos mercados
Brasil, Rusia, India y China -reunidos hoy en la ciudad rusa de Ekaterinburg- pueden transformar el sistema de poder mundial. Por: Jorge Castro
Goldman Sachs, cuando inventó en 2001 la sigla BRIC (Brasil, Rusia, India y China) señaló que este grupo de países representaría 10% del PBI mundial al concluir la década. Pero en 2007 fue 14%; y trepará a 18% en 2010.
El auge del BRIC es parte de la tendencia de fondo de la economía mundial en los últimos 15 años.
En 2005, por primera vez desde la Revolución Industrial (1780), más de la mitad del PBI correspondió a los países emergentes; y en los cinco años previos a la crisis (2003-2008) respondió por 80% del crecimiento de la economía global.
Más importante, es que los emergentes son la fuente del 15% de las empresas transnacionales (ETN's) -segmento fundamental del sistema integrado transnacional de producción-, la dimensión productiva del capitalismo en su fase de globalización.
Los países emergentes dejan de ser plataforma de exportación de productos industriales de baja tecnología, basados en una fuerza de trabajo abundante y barata, que se exporta al Primer Mundo (G-7), y se convierten en gigantescos mercados internos que se expanden por el aumento del número de consumidores; y a los que dirigen sus bienes de alta tecnología y servicios sofisticados los países avanzados.
Goldman Sachs calcula que la clase media global de los países emergentes (con ingresos entre US$ 6.000 y US$ 30.000 anuales) crece 70/80 millones por año, dos tercios en Asia-Pacífico; y prevé que, en 2030, 2.000 millones de personas se habrán incorporado a esta clase media global.
Este nuevo mecanismo de acumulación que encabeza el BRIC implica que EE. UU. -y detrás de él, el resto del mundo avanzado- se vuelca a los servicios y a la alta tecnología.
También cambia la estructura del comercio internacional, que se torna más liviano y menos centrado en la industria, que se traslada en masa a los emergentes, y sobre todo a Asia-Pacífico.
Por último, todos los países del mundo, en primer lugar los de América del Sur, profundizan su especialización productiva, con un vuelco hacia los agroalimentos y la energía, y los servicios vinculados a esta plataforma de acumulación.
La industria tradicional (automotriz) se convierte en un fenómeno esencialmente asiático: China será la máxima productora mundial de automotores en 2011 (11.800.000 unidades anuales).
El BRIC no es un bloque ni un sistema multilateral, sino una expresión de la tendencia de fondo de la economía mundial, transformado en la segunda instancia política transnacional de la globalización, después del G-20.
"Todo consiste en advertir cuando lo sólido se transforma en líquido y lo líquido en sólido", dice Bismarck.
En el nuevo tejido del poder mundial, el papel de Brasil es crucial por tres motivos: su vínculo con EE. UU.; su condición de líder en América del Sur, una de las tres regiones emergentes; y su carácter de potencia agroalimentaria y energética en pleno despliegue del super-ciclo de commodities.
La reunión de hoy en Ekatarinburg (Rusia) es uno de los dos acontecimientos mundiales de 2009; el otro, es el encuentro del G-20 en septiembre, en Nueva York.

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