jueves, 3 de diciembre de 2009

Argentina, el IDH y Transparencia Internacional

La Argentina, un país ambiguo y contradictorio. Por Rosendo Fraga.
Dos índices internacionales, difundidos en las últimas semanas, muestran la singularidad de la Argentina. En primer lugar, la buena noticia la dio el Indice de Desarrollo Humano (IDH) de las Naciones Unidas, que se trata de un promedio de sesenta variables (educación, salud, PBI per cápita, entre otras). La Argentina está en el puesto 49 sobre 182 países.
En el contexto latinoamericano, está segundo debajo de Chile, que dos años antes se ubicaba detrás de la Argentina. El país ha descendido, pero mantiene una posición importante en la región.
Uruguay está en el tercer lugar. En el otro extremo, Guatemala, Nicaragua y Haití son los países de la región con los puestos más bajos en el IDH.
Dentro del contexto mundial, la Argentina se encuentra después de Croacia, Lituania y Letonia, es decir países de la periferia de Europa y su región. Inmediatamente después, vienen países del mismo continente: Uruguay, Cuba -sus índices en educación y salud son buenos-, Bahamas, México y Costa Rica. Si bien en otra época el desarrollo humano de la Argentina era comparable al de varios países de Europa occidental, hoy pese a haber retrocedido, mantiene una posición favorable en el contexto de la región.
La mala noticia la dio el índice de corrupción que elabora la ONG Transparencia Internacional. Acá la situación es muy diferente, ya que la Argentina se encuentra en el puesto 106, sobre un total de 182 países, casi los mismos que mide el IDH (180). En el contexto latinoamericano, nuestro país desciende de la posición 2° a la 12°. Chile, es el primero y Uruguay el segundo, los mismos que llevan la delantera en desarrollo humano.
En transparencia, la Argentina se encuentra por debajo de México, el país latinoamericano que hoy sufre con mayor intensidad el embate del narcotráfico, y por encima de Bolivia, el país más pobre de América del Sur. También están mejor calificados Cuba, Colombia, Perú, Brasil, El Salvador, Guatemala y Panamá. La Argentina comparte su puesto con cuatro países africanos que tienen una puntuación de 2,9 sobre 10: Benin, Gabón, Gambia y Níger, todos países que están muy por debajo en el Indice de Desarrollo Humano.
Y se encuentra inmediatamente por debajo de otros cuatro países africanos en el índice de corrupción: Liberia con puntuación de 3,1, y Senegal, Tonga y Zambia, con 3. También se trata de países que están muy por debajo en el IDH. Es decir que en el índice de la ONU la Argentina está entre los países que tienen más desarrollo humano de América latina y los que tienen menos de Europa, mientras que en el de Transparencia Internacional se encuentra definidamente en el nivel de los países africanos.
Se trata de un caso particular, ya que por lo general, a mayor desarrollo humano, menor corrupción. Es así como Islandia está 3° en IDH y 10° en transparencia; Australia, 2° y 8°; Suecia, 7° y 4°; Suiza, 9° y 5°, y Canadá, 4° y 9°. Estos cinco países se encuentran entre los 10 mejores tanto en desarrollo humano como en transparencia.
En cambio en el otro extremo, Afganistán, el país donde la OTAN realiza la mayor operación militar de su historia y Obama acaba de anunciar el envío de 30.000 hombres más, es penúltimo en desarrollo humano sobre 182 países y también penúltimo en corrupción sobre 180. Chad está en puesto 175 en los dos índices. Es decir que resulta muy fuerte la correlación entre ambos. Pero la Argentina es una excepción, porque no hay correspondencia entre lo que el país califica en desarrollo humano y en corrupción.
Esta contradicción, es una manifestación de la ambigüedad y complejidad de la Argentina no sólo como país, sino también como sociedad.
El autor es Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría

martes, 13 de octubre de 2009

Nobel de Economía: liderazgo de organizaciones sociales

Premio Nobel para dos estadounidenses, y por primera vez para una mujer

Elinor Ostrom y Oliver Williamson estudiaron las formas de organización social.

Los estadounidenses Elinor Ostrom y Oliver Williamson son los ganadores del premio Nobel de Economía 2009 por sus análisis sobre la forma en que se ejerce la autoridad en las empresas y los sistemas económicos, anunció ayer la Real Academia Sueca de Ciencias en Estocolmo. Ostrom es la primera mujer en recibir este galardón que se entrega desde hace 40 años.

Las investigaciones de Ostrom y Williamson demuestran que "el análisis económico puede arrojar luz sobre la mayoría de las formas de organización social", explicó el jurado del Nobel.
Ostrom (76), experta en gestión de recursos naturales, fue reconocida por sus estudios sobre el rol de las empresas en la resolución de conflictos y sobre cómo las transacciones económicas se realizan no sólo a través de los mercados, sino también dentro de las compañías, asociaciones y familias.
Codirectora del Taller de Teoría Política y Análisis de Políticas de la Universidad de Indiana, Ostrom "demostró que las copropiedades pueden ser administradas en forma eficaz por asociaciones de usuarios", desafiando la idea convencional de que la propiedad común tiene una pobre administración y debe ser regulada por las autoridades o privatizada, explicó la Academia sueca.
"Con base en estudios numerosos sobre el manejo, por parte de los usuarios, de reservas de peces, pasturas, bosques, lagos y aguas subterráneas, Ostrom concluye que los resultados son, la mayoría de las veces, mejor pronosticados por las teorías de los bienes comunes", agregó.
"He estado estudiando cómo las personas comunes al igual que los funcionarios han tratado de solucionar problemas muy difíciles" como la deforestación y la pérdida de recursos pesqueros, explicó Ostrom en Bloomington, donde está la Universidad de Indiana, tras enterarse del premio. "Cuando los individuos tienen esta forma de trabajar juntos pueden construir confianza y respeto y ser capaces de solucionar problemas", señaló.
También expresó su "gran sorpresa y agradecimiento" por ser la primera mujer en recibir el Nobel de Economía, aunque remarcó: "No seré la única".
Este año las mujeres marcaron un récord de participación en los Nobel: en total hubo cinco premiadas (en Economía, Literatura, Química y dos en Medicina).
Por su parte, Williamson (77), economista de la Universidad de California en Berkeley, desarrolló una teoría en la que las empresas funcionan como estructuras para resolver conflictos.
"Probó que los mercados y las organizaciones jerárquicas, a semejanza de las empresas, tienen estructuras de gobierno alternativas que difieren en su forma de resolver los conflictos de interés", explicó la Academia sueca.
El economista agradeció el honor y dijo que espera que en el futuro las organizaciones tengan un papel más importante en el estudio de las actividades económicas. Su galardón, subrayó, puso de manifiesto la necesidad de más estudios sobre cómo las empresas y los organismos de regulación se influencian recíprocamente.
Los asuntos relacionados con la forma en que se ejerce la autoridad en las compañías y la economía han estado en el corazón de la actual crisis económica mundial, que reactivó el debate sobre la responsabilidad, las remuneraciones y la eficacia.
"Ha habido un gran debate sobre cómo actuaron mal los grandes bancos, los bancos de inversión, con jefes que usaron mal su poder, que abusaron de la confianza de sus accionistas, y esto coincide con las teorías", dijo el integrante del comité de premiación Per Krusell sobre las teorías de Williamson.
El de Economía fue el último Nobel entregado este año. No es uno de los premios originales creados por Alfred Nobel, sino que lo fundó el banco central sueco en 1968, en memoria del filántropo, y se entrega desde 1969.
Los dos premiados compartirán 10 millones de coronas suecas (1,4 millones de dólares), una medalla de oro y un diploma de parte del rey sueco en una ceremonia del 10 de diciembre.
Los estadounidenses han tenido un claro predominio entre los ganadores del Nobel de Economía, con 45 laureados de 64. El año pasado se lo llevó Paul Krugman, creador de nuevas teorías que integraron el comercio internacional y la geografía económica, además de prestigioso analista económico.

domingo, 11 de octubre de 2009

América Latina y la Globalización 2.0

Uruguay: Mujica sigue el ejemplo de Lula, apostando a la estrategia de largo plazo
Rumbo claro. Uruguay encuentra en la continuidad de las políticas de Tabaré y la cercanía con Brasil llaves para avanzar en su modernización económica. Por: Jorge Castro
Esta semana, el senador José Mujica, candidato del Frente Amplio y probablemente el próximo presidente de Uruguay, señaló en Buenos Aires que la prioridad de su gobierno será aumentar la inversión, ante todo de las empresas transnacionales (inversión extranjera directa / IED). Para eso, agregó, "más importante que la seguridad jurídica, siempre frágil y volátil en América latina, es la seguridad política (...) la certidumbre de que el rumbo de largo plazo del país es firme e irreversible". Tras la crisis global, el rumbo de la región está firme y establecido: Brasil con Lula; Uruguay con Tabaré Vázquez y quizás José Mujica; y Chile con Michelle Bachelet.
Esto tiene lugar cuando la crisis mundial ha sido resuelta y surge una nueva estructura de poder (EE.UU./China/G-20) y una nueva forma de acumulación global, fundada en la alta innovación tecnológica y el aumento de la productividad. Frente a esta realidad poscrisis, los países del mundo, y en especial los de América del Sur que han mantenido su rumbo, se insertan en ella, en su doble dimensión política y económica.Esto último implica que cada país y región procura encontrar un nicho propio dentro de la nueva estructura de acumulación, a través de un esfuerzo sistemático de especialización en alguna actividad productiva de alto nivel tecnológico.
La nueva fase de acumulación global es consecuencia de que el capitalismo ha completado el proceso de integración de los países emergentes, encabezados por China, con la frontera del sistema (EE. UU.), que comenzó en 1991. Frente a esta integración, no hay país grande en el mundo de hoy. Todos son pequeños, ante todo en términos productivos. Por eso la búsqueda de nichos y la ineludible especialización.El núcleo estructural de la nueva fase de acumulación es el sistema transnacional de producción, cuyos actores son las 76.000 empresas transnacionales, y la IED, su principal medio de acción. Antes de 1991, la proporción IED/PBI en China estaba por debajo del promedio mundial (2.1%); a partir de entonces lo dobló (4.3%); y en la primera década del siglo XXI lo triplicó (7.8%). China es hoy el país que atrae más IED y la principal plataforma de producción transnacional, después de EE. UU.
En 1991, Deng Xiaoping volcó el régimen definitivamente a la globalización y estableció como prioridad estratégica la atracción de inversión transnacional. Son 32 años de vuelco sistemático al capitalismo. Esta es la fuente de la seguridad política con que China atrae a las empresas transnacionales.Las instituciones -dice Douglas C. North-, son las reglas de juego, formales e informales, dentro de las cuales se desarrolla el proceso político, la dialéctica de conflicto y cooperación que despliegan los actores sociales, políticos y económicos, nacionales e internacionales.
Esas instituciones son el resultado de un proceso histórico, esto es, político. Hay una relación de causalidad dialéctica entre proceso político e instituciones: el Parlamento británico es obra de la Guerra Civil (1640), la dictadura de Oliver Cromwell y la ejecución de Carlos I. Por eso la seguridad política, que reclama José Mujica, es previa y más relevante que la seguridad jurídica; y las "políticas de Estado" son transformaciones de fondo, de largo plazo, ejecutadas por sucesivos gobiernos, o son cáscaras vacías, retóricas. Las crisis políticas de los países de la región se desarrollan dentro de esta nueva estructura global, de poder y acumulación. En la etapa previa, las crisis políticas se resolvían exclusivamente en forma interna, como es propio de los países aislados. Ahora se resuelven a través de la incorporación al rumbo de la región, o por el contrario se profundizan, hasta el extremo de la exasperación.

domingo, 4 de octubre de 2009

El G-20, otra manera de tratar los problemas del mundo

Contra la crisis, la vacuna del G-20
Después del derrumbe financiero de 2008, los organismos multilaterales se desdibujaron; ahora surgen otros foros con más participación de países emergentes, que generan optimismo y dudas al mismo tiempo. Por Martín Kanenguiser.
ESTAMBUL.- Hay una pregunta trascendente, pero silenciosa, que ronda los pasillos de esta asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Estambul: ¿podrán 20 países manejar mejor el rumbo económico del mundo que siete o, mejor dicho, que uno (Estados Unidos), más otros seis?
O si se quiere ponerlo en términos más "porteños": ¿podrá la Argentina tener, junto con otros países emergentes, una voz de tanto peso como las potencias que desencadenaron esta crisis global?
A priori, la respuesta políticamente correcta es que sí, que la cooperación siempre es mejor que la coerción. Como ejemplos, valen las malas experiencias recientes (y hasta los zapatazos) que enfrentan los ejecutivos del FMI en varios países para entender que hay que cambiar imperiosamente la forma de guiar la política financiera global.
En Buenos Aires, cada vez que se asomaban a la ventana, se multiplicaban los piquetes. En Asia, varios fueron declarados directamente "personas no gratas". En los países desarrollados, no leen sus informes. Hay presidentes, como los de la Argentina, que les gritan; otros, ni siquiera les atienden el teléfono.
Pese a esta incontrastable realidad, ya hay voces calificadas (y hasta moderadas) que cuestionan las posibilidades concretas del G-20, que incluye a la Argentina, de reemplazar al G-7 como centro coordinador que pueda evitar crisis como la actual, que puso al mundo en recesión.
Algunos las expresan en forma reservada, otros abiertamente, pese al terminante apoyo del jefe del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, y del titular del Banco Mundial, Robert Zoellick, a esta apertura. Anteayer, en una disertación, Strauss-Kahn sentenció una y otra vez la importancia del reciente mandato del G-20 hacia el FMI en términos de cooperación y supervisión financiera. Pero titubeó cuando alguien le preguntó sobre la forma de poner en práctica estas definiciones.
"Fue un foro creado por [el ex presidente] Bill Clinton con fines diplomáticos. Hay que ver cómo se desarrolla ahora", contestó.
Más dubitativo estuvo cuando otro inversor le preguntó qué legitimidad tenían países como la Argentina para formar parte de un grupo tan importante; optó entonces por afirmar que hay que incorporar al G-20 a más países.
A un costado de las declaraciones políticas, el reconocido economista de Columbia Jeffrey Sachs fue uno de los que lanzaron la primera piedra para este debate días atrás en el Financial Times , al expresar que "el G-20 es un experimento", de cuyo éxito depende en buena medida el éxito de la economía planetaria.
"El verdadero significado del G-20 no es tomar la posta del G-7 o G-8, sino del G-1, los Estados Unidos. Durante 33 años de los foros del G-7, fue Estados Unidos quien llamó a tomar decisiones importantes", disparó Sachs, que, para no espantar a nadie, expresó que el G-20 "debe tener éxito" para que haya más estabilidad.
La cuestión de fondo para él y otros analistas, ejecutivos del sector privado y hasta funcionarios de varios países es cómo hacer la transición de un sistema tan centralizado a uno verdaderamente multipolar, donde cuenten tanto las opiniones de París, Washington y Berlín, como las de Buenos Aires, Pekín, Nueva Delhi o Brasilia.
En el consultado blog RGE Monitor, de Nouriel Roubini, se replicó el escepticismo días atrás. "Aun cuando los desequilibrios globales son un problema, no resulta claro todavía si el G-20 es el mejor foro para enfrentarlos. Tal vez sea un grupo demasiado amplio y diverso para enfrentar esta cuestión y la necesidad de crear una demanda sustentable en una manera efectiva", escribió la analista Rachel Ziemba.
Como muchas veces a los economistas no les resulta grato tomar en cuenta las cuestiones políticas para hacer sus análisis, el primer reparo que tienen es practico: ¿cómo harán para ponerse de acuerdo 20 países cuando haya que tomar una decisión rápida y contundente?
Vale observar las resistencias que existen para ampliar el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a dos o tres países más, de gran peso en el mundo, para saber por qué hay tantos temores en torno de este G-20 que antes nadie conocía y que ahora hasta aparece en las tapas de los diarios.
Tal vez el gobierno argentino tenga en esta materia una claridad de la que carece en otros aspectos de la política económica internacional: ha apoyado en forma consistente y sistemática el esfuerzo para que este foro de debate sea un ámbito de decisión concreto.
Lo hicieron desde técnicos del Banco Central y del Ministerio de Economía, hasta sus jefes políticos y la propia presidenta Cristina Kirchner.
Pero el apoyo, claro está, siempre implica compromisos. Y para empezar, los otros miembros del G-20 difícilmente puedan entender por qué el Gobierno se empeñó en no brindarle credibilidad a las decisiones que ya se tomaron en conjunto, como la auditoría que el FMI hace en casi todos sus países socios anualmente y que no llama la atención en casi ningún lugar.
Argumentos para defenderse siempre hay: que el FMI se equivocó en sus "recetas"; que asistió al país cuando tenía déficit y se endeudaba en los 90, pero le soltó la mano en 2001 y en 2002; que las misiones terminan siendo un ámbito para que se luzcan más los economistas y dirigentes de la oposición que para discutir temas de fondo? pero el G-20, del que la Argentina forma parte (igual que del FMI) llegó a ese consenso. Y no fue en su reciente cumbre presidencial de Pittsburgh, como dejó trascender el Gobierno a través de su sede diplomática en Washington, sino hace más de dos años, dicho y firmado por altos funcionarios que participaron de esas reuniones.
Es posible que la Argentina se sienta maltratada porque desde la salida de la convertibilidad hasta ahora sólo escucha voces negativas fronteras afuera. Pero a los que siguen afectados por el default, por la subestimación de las cifras de la inflación y por el incumplimiento de contratos francamente no les importan los gritos desde las tribunas políticas locales. Quieren que alguien les diga cómo se van a renegociar los términos de esos acuerdos, injustos o no, pero que al fin y al cabo fueron firmados por varios gobiernos democráticos argentinos.
Si la Argentina supera esta dicotomía, tal vez su voz de defensa de los postulados del G-20 sea escuchada con mayor autoridad, aún por sus propios aliados y amigos.
Al parecer, ahora intenta hacerlo porque se admitió que "formar parte del G-20 tiene beneficios, pero genera obligaciones y no es bueno comenzar sacando los pies del plato", como comentó un funcionario a LA NACION.
Si cumple con esta tarea, se puede ganar el elogio hasta de sus críticos más acérrimos, como los directivos del Instituto para las Finanzas Internacionales que conducen Charles Dallara y William Rhodes.
De hecho, el economista jefe del IIF, Phillip Suttle, dijo a LA NACION que no hay duda de la validez del planteo de Argentina y de otros países de que el FMI y el BM necesitan escuchar más al mundo emergente. "En el FMI, el G-7 tiene demasiado poder y la importancia del G-20 debería reflejarse en su directorio", señaló este respetado economista, que cree que las potencias mundiales están más desorientadas que las naciones en vías de desarrollo.
Algo parecido repitió el propio economista jefe del Fondo, Olivier Blanchard, este jueves en el centro de convenciones ante decenas de periodistas. Dijo que la recuperación económica está sostenida sobre los paquetes de estímulo de los países ricos -casi como un pulmotor que nadie sabe cuándo retirar para que el paciente no deje de respirar- pero, más legítimamente, sobre el consumo y el esfuerzo de las naciones emergentes.
¿Quién hubiera imaginado, si no, hace tan sólo tres años que Brasil pasaría de ser deudor a acreedor del FMI, o que el jefe del organismo sería capaz de discutir la supremacía del dólar? Nadie relevante. En el medio, Estados Unidos alimentó una política de tasas bajas que permitió sostener su burbuja y la del resto del mundo. El subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales en la era Clinton, Ted Truman, dijo a LA NACION: "Cuando todo el mundo tomaba plata a bajo costo nadie se quejaba de los excesos de la política monetaria de Estados Unidos". Hoy es analista senior del Peterson Institute for Internacional Economics. Es verdad: pocos se quejaban en las épocas del auge.
No lo hacían ni los norteamericanos, que lograban préstamos sin que nadie preguntara por sus ingresos, menos los ejecutivos de Wall Street, que ganaban fabulosos bonus , y tampoco los países en desarrollo. Si no resulta irrespetuosa la comparación, pocos se quejaban del lado negativo del tipo de cambio fijo en la Argentina, cuando sus efectos colaterales ya se notaban.
Pero ni en estos casos ni en ningún otro se justifica el silencio o la actitud de mirar para otro lado hasta que el statu quo se rompa en mil pedazos. Esa actitud ya la sufrió la Argentina en 2002 y el resto del mundo la está padeciendo en carne propia. Por esa razón, si en este crítico contexto el G-20 asoma su cabeza como el ámbito dispuesto a ponerle un poco de sentido común al sistema de decisiones económicas globales, bienvenido sea, pese a todas las dudas y reparos legítimos que merezca.
5% de aumento es lo que crecerá la representación de los países emergentes en el Fondo Monetario Internacional (FMI).

EDUCACIÓN Y SUBDESARROLLO

Educación: un futuro hipotecado. La realidad del deterioro de la educación argentina exige prontas políticas de Estado para poder volver a los antiguos nivelesLa reciente difusión de los datos del último Operativo Nacional de Evaluación realizado por el Ministerio de Educación de la Nación confirma, penoso es comprobarlo, el marcado deterioro del aprendizaje que demuestran los jóvenes argentinos.

Se trata de datos del estudio de 2007, que el Gobierno ha demorado ostensiblemente en hacer públicos. Cuando se analizan estos resultados junto con la evaluación PISA, realizada en 2006 por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), no caben dudas acerca del preocupante estado de la salud de la educación argentina.

En primer lugar, la vieja escuela pública, orgullo de generaciones de argentinos desde Domingo Faustino Sarmiento, ha quedado seriamente dañada. Desprestigiada por la desidia y la irresponsabilidad populista, gradualmente ha sido abandonada por gran parte de los hijos de las familias que pueden afrontar el gasto que demanda la educación de gestión privada. Es más: muchas familias humildes realizan enormes sacrificios para poder sufragar ese gasto. De este modo, la tradicional alianza de clases sociales, que comenzaba en el pasado a trabarse entre los niños de los más diversos orígenes desde los primeros años de enseñanza, ha ido desapareciendo a medida que se derrumbó la escuela pública, que supo ser clave para esa integración social.

A la destrucción de la escuela pública ha contribuido en gran medida la disminución creciente de las horas de actividad en las aulas, no pocas veces debida a paros docentes dispuestos por los más variados reclamos, huelgas que ya constituyen el preludio clásico y siniestro del comienzo de cada período escolar.

Esta situación se evidencia en los resultados que obtienen los alumnos. Desde los registros previos del Ministerio de Educación de la Nación hasta los más recientes, conocidos a fines de la semana última, el nivel de conocimiento en matemática de los alumnos de tercer grado de la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, ha retrocedido, desde la segunda posición, a la vigésima primera en relación con los 24 distritos del país.

Ninguno de los países relevados en el informe PISA cayó tanto entre 2000 y 2006 como la Argentina, en lo que se refiere a la calidad de la educación de sus jóvenes de 15 años. Ese informe demostró que, en lo que respecta a la comprensión lectora, esos jóvenes argentinos ocupaban en 2000 el puesto 35° entre 41 países, y en 2006 el 53° entre 57 países. Una situación similar se observó en lo referente al rendimiento en matemática. Sin embargo, a pesar de tratarse de una de las cuestiones que deberían ser prioritarias no sólo para los gobiernos sino también para toda la sociedad, la magnitud del retroceso sigue acentuándose sin que los padres parezcan haber advertido lo ocurrido.

Por el contrario, confirmando investigaciones anteriores, un reciente estudio del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, de la Universidad Católica Argentina, muestra que más del 60 por ciento de los padres considera muy buena o buena la educación primaria y secundaria que reciben sus hijos, motivo por el cual no los cambiarían de escuela. Esto indica que la catástrofe que muestran las cifras comentadas no ha sido advertida por quienes deberían velar desde sus hogares por la formación de sus hijos, que integrarán, en no más de dos décadas, la dirigencia del país ¿Pueden estos datos alentar, acaso, la esperanza de que en ese lapso las nuevas generaciones rescaten a la Argentina del abismo social, cultural, moral e intelectual en que se encuentra sumida?

Los datos oficiales del Operativo Nacional de Evaluación proyectan una imagen escalofriante acerca del modo en que la educación, en lugar de reducir las brechas sociales, terminará por ampliarlas. Señala el informe ahora difundido que en el nivel de rendimientos más altos en matemática, de tercer grado de la Educación General Básica (EGB), sólo logró ubicarse el 19,6 por ciento de los estudiantes de las escuelas públicas. En cambio, ese nivel fue alcanzado por el 40,6 por ciento de los alumnos cursantes en escuelas privadas. En lengua, la diferencia fue más pronunciada: el 16,9 por ciento, en el primer caso, contra el 49,8 en el segundo.

Quien se proponga indagar acerca de algunas de las causas más profundas de la exclusión y marginación social que hoy abruman a la Argentina debería tener presentes esos datos.
Por el injustificable complejo de evitar estimular la competitividad, desde hace años se priva a la opinión pública del conocimiento de la evaluación cualitativa de la enseñanza que proporcionan las escuelas de todo tipo del país. ¿Cómo no va a interesar a qué establecimientos educativos conviene enviar a los hijos y a cuáles no? ¿Cómo puede haber una razón por encima del interés social de saber de qué manera se utiliza el dinero de los contribuyentes dedicado al funcionamiento de las escuelas públicas? ¿Cuál es el sentido de haber sustraído del conocimiento general los métodos comparativos que permitían apreciar si se justificaba o no el pago de cuotas en las escuelas de gestión privada, sin relación alguna con la enseñanza impartida?

Sería un grave error creer que se ha llegado a la actual situación sólo por problemas relacionados con las cuestiones docentes. El nivel de la educación argentina, así como la posición que ocupa el país en tantas otras disciplinas, no es ajeno a la marcha del conjunto de la sociedad. No pueden esperarse milagros cuando se alientan las más variadas modalidades de violencia, de desinterés por la convivencia civilizada entre los mayores, de despreocupación por la difusión de la drogadicción y el narcotráfico, y hasta por hechos aparentemente menores, como el daño desaprensivo ejercido a bienes públicos y privados, objeto de pintadas, o el descuido por el aseo de las ciudades.

En la época de la gran escuela pública argentina, los padres agradecían la disciplina impuesta por los maestros. Concurrían a las aulas a fin de expresar ese testimonio por la contribución que hacían los docentes a la formación integral de sus hijos, ayudándolos en su tarea compartida de hacerlos útiles a la patria, a la familia y a sí mismos. No justificaban como ahora que insultaran a los maestros o, lo que es peor, que agredieran físicamente a quien procuraba educarlos.

Es de esperar que las reformas anunciadas en la provincia de Buenos Aires, donde las autoridades consideraron que el EGB y el Polimodal han fracasado, constituyan el comienzo de un proceso global de retorno a la senda que nunca debió abandonarse. Esas reformas serán una manifestación auténtica de progreso si consiguen de verdad instalarse y propagarse a otros ámbitos, con los objetivos arriba comentados y no con otros, en el espíritu colectivo y en el de quienes gobiernan.

martes, 29 de septiembre de 2009

The Economist: las escuelas económicas y "la pedagogía del privilegio"

Schumpeter. The pedagogy of the privileged. Sep 24th 2009. From The Economist print edition
Business schools have done too little to reform themselves in the light of the credit crunch
THIS has been a year of sackcloth and ashes for the world’s business schools. Critics have accused them of churning out jargon-spewing economic vandals. Many professors have accepted at least some of the blame for the global catastrophe. Deans have drawn up blueprints for reform.
The result? Precious little. Business schools have introduced a few new courses. Students at Harvard Business School (HBS) have introduced a voluntary pledge “to serve the greater good” among other worthy goals, which about half of this year’s graduates embraced. But for the most part it is business schooling as usual. The giants of management education have laboured mightily to bring forth a molehill.
That is too bad. You do not have to accept the idea that the business schools were “agents of the apocalypse” to believe that they need to change their ways, at least a little, in the light of recent events. Most of the people at the heart of the crisis—from Dick Fuld at Lehman Brothers to John Thain at Merrill Lynch to Andy Hornby at HBOS—had MBAs after their name (Mr Hornby graduated top of his class at HBS). In recent years about 40% of the graduates of America’s best business schools ended up on Wall Street, where they assiduously applied the techniques that they had spent a small fortune learning. You cannot both claim that your mission is “to educate leaders who make a difference in the world”, as HBS does, and then wash your hands of your alumni when the difference they make is malign.
The real question is not whether business schools need to change, but how. One of the most common stances—often heard outside and sometimes within the schools themselves—is that management education needs to start again from scratch. On this view, these institutions are little more than con-tricks at the moment, built on the illusion that you can turn management into a science and dedicated to the unedifying goal of teaching greedy people how to satisfy their appetites.
That is not true. A study by two economists, Nick Bloom of Stanford and John Van Reenen of the London School of Economics, concluded that companies that use the most widely accepted management techniques, of the sort that are taught in business schools, outperform their peers in all the measures that matter, such as productivity, sales growth and return on capital. Many companies in the developing world, not least China, are desperate to hire more MBAs in order to improve their traditionally slapdash approach to management.
A second popular argument is that business schools need to put more emphasis on business ethics and corporate social responsibility (CSR). There is a great deal of talk about embracing “principles of responsible management”, such as “sustainability” and “inclusiveness”.
This makes some sense. A 2006 study of cheating among graduate students found that 56% of business students had cheated, compared with 47% in other disciplines. The authors attributed this to “perceived peer behaviour”. Presumably more talk of ethics might change those perceptions. But it would be a mistake to expect too much from CSR. Both business schools and businesses have been talking about it for years without turning business people into angels (one of the loudest advocates was Ken Lay, the chairman of Enron). Moreover, many admirers of CSR confuse the sort of creative destruction that makes us all richer, in the long run, with corporate skulduggery.
So what should business schools do to improve their performance? More history classes would help. Would-be business titans need to learn that economic history is punctuated with crises and disasters, that booms inevitably give way to busts, and that the business cycle, having survived many predictions of extinction, continues to prey on the modern economy. The 2008 debacle might have come as less of a surprise if all those MBAs had been taught that there have been at least 124 bank-centred crises around the world since 1970, most of which were preceded by booms in house prices and stockmarkets, large capital inflows and rising public debt.
History courses aside, business schools need to change their tone more than their syllabuses. In particular, they should foster the twin virtues of scepticism and cynicism. Graduates in recent years, for example, seem to have accepted far too readily the notion that clever financial engineering could somehow abolish risk and uncertainty, when it probably made things worse. It is worth noting that such scepticism is second nature to the giants of financial economics, as opposed to the more junior propellerheads. Andrew Lo, of MIT’s Sloan School of
Management, was fond of pointing out that in the physical sciences three laws can explain 99% of behaviour, whereas in finance 99 laws can explain at best 3% of behaviour.
Boosters beware
The original sin of business schools is boosterism. Professors are always inclined to puff the businesses that provide them, at the very least, with their raw materials and, if they are lucky, with lucrative consultancy work. HBS has produced fawning studies of almost every recent corporate villain from Enron (which was stuffed full of HBS alumni) to the Royal Bank of Scotland. A taste for cheerleading has been reinforced by the rise of a multi-million-dollar management-theory industry. Professors with dollar signs in their eyes are always announcing the birth of the latest revolutionary management technique or the discovery of the hottest new “supercorp”.Business schools need to make more room for people who are willing to bite the hands that feed them: to prick business bubbles, expose management fads and generally rough up the most feted managers. Kings once employed jesters to bring them down to earth. It’s time for business schools to do likewise
.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Nueva reunión del G-20, hacia un nuevo modelo de poder mundial

El G-20 plantea un cambio radical del sistema financiero mundial
Fue al inaugurarse la asamblea de las naciones industrializadas y los países emergentes más relevantes. Se intenta imponer controles a las finanzas para evitar la repetición de la crisis que el año pasado hundió a la economía global. Por: Ana Baron
Situada a tres horas de Washington, en el estado de Pennsylvania y rodeada por tres ríos, para algunos Pittsburgh es la ciudad de los puentes. Para otros se trata la ciudad del acero, por el poder que tuvieron sus acerías en el pasado. En el comunicado final de la cumbre del "Grupo de los 20" que será dado a conocer hoy, veremos qué tipo de ciudad terminó siendo Pittsburgh para los presidentes reunidos aquí desde ayer con el fin de discutir la nueva arquitectura del sistema financiero internacional.
Los presidentes aterrizaron en esta pintoresca ciudad totalmente determinados a buscar compromisos y construir puentes entre las diferentes posiciones que existen sobre cómo consolidar la tímida recuperación económica lograda después de una de las peores crisis económicas desde la Gran Depresión.
Pero frente a la puja entre los países desarrollados que controlan los organismos financieros internacionales, incluyendo el Fondo Monetario Internacional, y los países emergentes, entre ellos los miembros del BRIC, (Brasil, Rusia, India y China) que quieren tener más votos, muchos observadores consideran que -más allá de las expresiones de buena voluntad- será muy difícil destruir en esta cumbre la barrera que han construido algunos países europeos para proteger sus privilegios. La propuesta de que el G-20 reemplace de ahora en más al G-8 presentada por el premier británico Gordon Brown y apoyada por todos los países emergentes, incluyendo la Argentina y Brasil, estaba sin embargo ganando terreno.
Todos los presidentes llegaron a la comida que ofreció Obama anoche en el jardín botánico de muy buen humor. Después de todo, es la tercera vez que se reúnen y ahora ya son como un club en el que todo el mundo se llama por los nombres de pila.
Durante la primera reunión del G-20 que tuvo lugar en diciembre del 2008, la situación financiera estaba totalmente fuera de control. Fue entonces que decidieron entrar en acción. En abril del 2009, cuando se volvieron a encontrar en Londres adoptaron medidas por un total de US$ 3.000 millones que canalizaron a través del FMI y que cada país utilizó para estimular sus economías. Ya a esa altura la mayoría de los países había aprobado paquetes financieros para rescatar a sus bancos y paquetes de estímulo económico para reactivar el crecimiento. En la cumbre que está teniendo lugar en Pittsburgh, de lo que se trata fundamentalmente es de consolidar lo logrado y ver qué medidas se deben adoptar para que no se vuelva a repetir una crisis como la de 2008. Argentina, México y España se reunieron antes de la cumbre para coordinar posiciones.
Uno de los temas en los que hay consenso es en la necesidad de reforzar las regulaciones del sistema financiero. Pero mientras que Estados Unidos llegó a Pittsburgh insistiendo con que los bancos tiene que aumentar sus reservas para poder prevenir futuras crisis, los ministerios de Economía europeos hacen énfasis en la reducción de los bonos siderales que reciben los ejecutivos de los bancos a fin de año. Estados Unidos no rechaza del todo esta propuesta, pero quiere que las restricciones estén vinculadas al buen estado de las empresas y no está de acuerdo con los límites en los montos que proponen Alemania y Francia. Ayer trascendió que habrá una solución intermedia, aunque también -entre otras de las medidas que se discute- se encuentra una revisión de los planes de salvataje para las empresas en problemas.
Anoche, al cierre de esta edición, trascendió que habría un acuerdo para modificar el poder de voto de los países emergentes en el FMI. De acuerdo con un borrador del comunicado final de la cumbre difundido por la agencia de noticias Reuters, el organismo concedería ampliar en un 5% la participación de los emergentes, que venían pidiendo un 7% en la discusión previa. Un tema que interesa particularmente a Brasil y Argentina es que se ponga fin al proteccionismo y que se establezcan medidas en contra de los países fiscales. Si bien puede haber algunos avances en este último tema, no se espera nada a nivel del comercio internacional o de la ronda de Doha, que está totalmente estancada.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Biblioteca Digital Mundial

WORLD DIGITAL LIBRARY.
LA BIBLIOTECA DIGITAL MUNDIAL DE LA UNESCO (UNA JOYA) www.wdl.org
Os envío lo que considero, sin duda, el archivo CULTURAL más importante que he recibido!!! LA NOTICIA DEL LANZAMIENTO EN INTERNET DE LA WDL..... LA BIBLIOTECA DIGITAL MUNDIAL. QUE REGALAZO DE LA UNESCO PARA LA HUMANIDAD ENTERA !!!! especialmente para LOS JÓVENES.
Ya está disponible en Internet, a través del sitio www.wdl.org Es una noticia QUE NO SOLO VALE LA PENA REENVIAR SINO QUE ES UN DEBER ÉTICO, HACERLO!!Reúne mapas, textos, fotos,grabaciones y películas de todos los tiempos y explica en siete idiomas las joyas y reliquias culturales de todas las bibliotecas del planeta. Tiene, sobre todo, carácter patrimonial", anticipó ayer a LA NACION Abdelaziz Abid, coordinador del proyecto impulsado por la Unesco y otras 32 instituciones.
La BDM no ofrecerá documentos corrientes , sino "con valor de patrimonio, que permitirán apreciar y conocer mejor las culturas del mundo en idiomas diferentes: árabe, chino, inglés, francés, ruso,español y portugués. Pero hay documentos en línea en más de 50 idiomas".Entre los documentos más antiguos hay algunos códices precolombinos, gracias a la contribución de México, y los primeros mapas de América, dibujados por Diego Gutiérrez para el rey de España en 1562", explicó Abid.
Los tesoros incluyen el Hyakumanto darani , un documento en japonés publicado en el año 764 y considerado el primer texto impreso de la historia; un relato de los aztecas que constituye la primera mención del Niño Jesús en el Nuevo Mundo; trabajos de científicos árabes desvelando el misterio del álgebra; huesos utilizados como oráculos y estelas chinas; la Biblia de Gutenberg; antiguas fotos latinoamericanas de la Biblioteca Nacional de Brasil y la célebre Biblia del Diablo, del siglo XIII, de la Biblioteca Nacional de Suecia.Fácil de navegar. Cada joya de la cultura universal aparece acompañada de una breve explicación de su contenido y su significado.
Los documentos fueron escaneados e incorporados en su idioma original, pero las explicaciones aparecen en siete lenguas, entre ellas EL ESPAÑOL.
La biblioteca comienza con unos 1200 documentos, pero ha sido pensada para recibir un número ilimitado de textos, grabados, mapas, fotografías e ilustraciones.
Cómo se accede al sitio global.
Aunque será presentado oficialmente hoy en la sede de la Unesco , en París, la Biblioteca Digital Mundial ya está disponible en Internet, a través del sitio www.wdl.org .
El acceso es gratuito y los usuarios pueden ingresar directamente por la Web , sin necesidad de registrarse Cuando uno hace clic sobre la dirección www.wdl.org , tiene la sensación de tocar con las manos la historia universal del conocimiento. Permite al internauta orientar su búsqueda por épocas, zonas geográficas, tipo de documento e institución. El sistema propone las explicaciones en siete idiomas (árabe, chino, inglés, francés, ruso, español y portugués). Los documentos, por su parte, han sido escaneados en su lengua original. De ese modo, es posible, por ejemplo, estudiar en detalle el Evangelio de San Mateo traducido en aleutiano por el misionero ruso Ioann Veniamiov, en 1840.
Con un simple clic, se pueden pasar las páginas de un libro, acercar o alejar los textos y moverlos en todos los sentidos. La excelente definición de las imágenes permite una lectura cómoda y minuciosa. Entre las joyas que contiene por el momento la BDM está la Declaración de Independencia de Estados Unidos, así como las Constituciones de numerosos países; un texto japonés del siglo XVI considerado la primera impresión de la historia; el diario de un estudioso veneciano que acompañó a Fernando de Magallanes en su viaje alrededor del mundo; el original de las "Fabulas" de Lafontaine, el primer libro publicado en Filipinas en español y tagalog, la Biblia de Gutemberg, y unas pinturas rupestres africanas que datan de 8.000 A .C Dos regiones del mundo están particularmente bien representadas: América Latina y Medio Oriente. Eso se debe a la activa participación de la Biblioteca Nacional de Brasil, la biblioteca Alejandrina de Egipto y la Universidad Rey Abdulá de Arabia Saudita.
La estructura de la BDM fue calcada del proyecto de digitalización la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, que comenzó en 1991 y actualmente contiene 11 millones de documentos en línea.Sus responsables afirman que la BDM está sobre todo destinada a investigadores, maestros y alumnos. Pero la importancia que reviste ese sitio va mucho más allá de la incitación al estudio de las nuevas generaciones que viven en un mundo audiovisual. Este proyecto tampoco es un simple compendio de historia en línea: es la posibilidad de acceder, íntimamente y sin límite de tiempo, al ejemplar invalorable, inabordable, único, que cada uno alguna vez soñó con conocer.
Alejandro del Teso Herradón. Bibliotecario

miércoles, 16 de septiembre de 2009

DESARROLLO: CÓMO TERMINAR CON LA EDUCACIÓN DE SEGUNDA

Sólo una revolución pedagógica que incorpore la telemática nos permitirá tener educación masiva de calidad. Por: Rodolfo Terragno


Harvard, Yale, Cambridge, Oxford y Caltech son -según el autorizado ranking THE/QS- las cinco mejores universidades del mundo. En la Argentina, resultarían "chicas". Yale tiene 5.247 alumnos. La UBA, 358.071. Uno de los datos que explican la diferencia: en Yale hay que pagar 36.500 dólares por año; en la UBA, nada.


La educación masiva y gratuita es una bendición. Pero, ¿cómo evitar que sea de segunda?
Hasta ahora, fue difícil. Una facultad abarrotada podrá tener un instituto o un curso de jerarquía; pero su calidad media será, inevitablemente, baja. No cuesta entender por qué. Albert Einstein puede tener 30 discípulos; pero no 30.000. Y no existen 1.000 profesores de Física que puedan compararse con el hombre que halló la fórmula E = mc2. Durante años, la ecuación fue: más alumnos, menos calidad. Ya no. Una revolución pedagógica, unida a la telemática, hizo posible la educación distribuida.

Hoy, Einstein podría dictar clases a millones, ayudado por gráficos, animaciones y videos. Los estudiantes elegirían cuándo y dónde verlo. Cada uno lo tendría en su notebook, televisor, MP4 o iPod. O lo encontraría en el desktop de un locutorio. Ninguno sería un receptor pasivo. Con la educación distribuida, los alumnos deben realizar trabajos prácticos -corregidos por un sistema computarizado- y navegar por la inmensa bibliografía de la que disponen.

Los 12.500.000 libros de papel que posee Yale ya no son un privilegio. Bibliotecas digitales como Flat World Knowledge, Questia, JSTOR, Proyecto Gutenberg o Miguel de Cervantes proveen libros y trabajos académicos que pueden bajarse a cualquier soporte. Incluso a dispositivos que imitan libros reales: sus delgadas pantallas flexibles, no iluminadas, son como hojas, en las cuales la "tinta electrónica" acentúa el "efecto papel".

Los estudiantes no aprenden en soledad. Si viven lejos de la universidad, asisten semanalmente a una subsede, donde reciben el apoyo de tutores, se relacionan entre sí y dialogan con otros profesores mediante videoconferencias. Todos ellos rinden, a su debido tiempo, exámenes presenciales. Los costos de estudiar con apoyo electrónico son casi nulos para jóvenes que viven ligados por Facebook, juegan con PlayStation y bajan videos o música.

La tecnología permite, de este modo, masificar la excelencia; pero el proceso no está exento de riesgos. Así como la Encyclopædia Britannica no sustituye a la universidad, no lo hace la Internet. Una y otra son formidables complementos. Las universidades del futuro no tendrán grandes edificios, pero deberán sistematizar la enseñanza superior, fijando secuencias de estudio, escogiendo profesores, evaluando alumnos y otorgando diplomas.

El primer peligro es la facilidad con la que cualquiera puede montar -con mínimo costo- una "universidad virtual". El ciberespacio está poblado de materiales didácticos gratuitos, que pueden ser capturados y organizados arbitrariamente. YouTubeEDU o iTunesU permiten subir y bajar clases universitarias filmadas. Más aún, existe el OpenCourseWare (OCW), ideado por Nicholas Negroponte, al cual adhieren varias universidades. Cursos enteros son colgados en la red, para que se los baje gratuitamente.

El Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) ya puso en OCW 1.900 cursos. Usadas con irresponsabilidad, esas nobles iniciativas dan lugar a sistemas precarios de educación a distancia. El valor de un título dependerá ahora, más que nunca, del prestigio que tenga la universidad otorgante.

La educación superior argentina enfrenta otro peligro. Si no se ofrece alta calidad, los alumnos más exigentes iniciarán una migración virtual a Harvard, Salamanca o la Sorbona. Salvo en las carreras que otorgan títulos habilitantes, les dará lo mismo estudiar en la Argentina o, desde aquí, en prestigiosas universidades ubicadas a miles de kilómetros.

Yale se ha propuesto convertirse en una "universidad global" y el proyecto tiene el impulso de un latinoamericano: Ernesto Zedillo, ex presidente de México. La globalización educativa tiene ventajas y desventajas. Además de proveer conocimientos generales, una universidad contribuye al fortalecimiento de la identidad nacional. Un modo de conciliar el pro y el contra es el propuesto por Whitney International University System (WIUS): una red de instituciones privadas, cada una de las cuales diseña sus propios programas de estudio.

Hoy, nuestras universidades nacionales pueden ser masivas y ofrecer alta calidad. Para eso necesitan dos cosas. Una, admitir que la revolución tecnológica es irreversible. Dos, provocar un cambio copernicano en el modo de enseñar. El psicólogo y tecnólogo David Wiley sostiene que "si las universidades no encuentran la forma de innovar y adaptarse a los cambios que se están dando en su derredor, hacia 2020 serán irrelevantes". Adaptarse no significa olvidar los viejos métodos sino combinarlos.

Barack Obama tiene como subsecretaria de Educación a Martha Kanter, que lideró una Comunidad de Recursos Educacionales Abiertos vía Internet. Sin embargo, a sólo 28 días de haber asumido la presidencia de Estados Unidos, Obama promulgó la ley que asignó 100.000 millones de dólares a la mejora de la enseñanza formal en todos los niveles.

Mis propuestas: Ley Nacional de Enseñanza Distribuida. Homologación de las aplicaciones a emplear. Presupuesto para el desarrollo del sistema. Adaptación de los planes de estudio. Capacitación de profesores en el uso de los nuevos recursos. Incorporación de la figura de tutor a la carrera docente. Formación de redes universitarias con subsedes en todo el territorio nacional. Objetivo: una educación masiva, de alta calidad que alcance a los lugares más recónditos.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Al final, la temida recesión mundial ha sido breve y leve.

Perspectivas alentadoras. Los dos pilares de la globalización están intactos: la productividad estadounidense y la demanda chino-asiática. Por Jorge Castro
Un año después del estallido de la crisis financiera desatada en Estados Unidos por la caída de Lehman Brothers, que rápidamente se extendió al mundo, es posible hacer un balance histórico de lo ocurrido, porque la crisis ha terminado, y con ella su consecuencia directa, la mayor recesión de la economía mundial en 70 años. En términos históricos, esto es, del balance del presente como historia, y en la fase de globalización del capitalismo -que es el fenómeno central de la época-, ésta ha sido una recesión breve y leve.La recesión mundial duró nueve meses: desde octubre 2008 a junio 2009. Incluso Barclays Capital y Goldman Sachs estiman que, debido al extraordinario crecimiento de China (+17% trimestre sobre trimestre; 7.9% anual), la economía mundial habría crecido 1.6% en el segundo trimestre del año, lo que significa que superó la recesión incluso antes, entre abril y junio de 2009.
También fue leve la recesión. La mitad de la economía mundial (China, India, Asia emergente) continuó creciendo, a pesar de que la tríada del capitalismo avanzado (EE. UU., UE, Japón) se hundió en la recesión; y ahora son los países asiáticos los que arrastran el crecimiento mundial, por primera vez en la historia del capitalismo. Esta ha sido la onceava recesión de la economía norteamericana desde la Segunda Guerra Mundial. EE. UU. experimenta una fase recesiva cada 10 años: 1981-82; 1991-92; y 2001. La actual comenzó en diciembre de 2007, cuando el NBER (National Bureau of Economic Research) fijó el pico de la anterior fase expansiva. Todo en el capitalismo es cíclico.Pero en septiembre de 2008 sucedió otra cosa. El colapso de Lehman Brothers produjo una brutal crisis de confianza y cesó súbitamente el flujo financiero, ante todo interbancario. Desapareció el crédito en la economía real y EE. UU. se sumergió en la mayor contracción en 30 años, con una caída de 6% en el producto y un desplome de 15% en el PBI industrial.
El derrumbe de Lehman Brothers provocó que los agentes financieros no supieran el verdadero estado de solvencia de los restantes. De ahí el pánico. La crisis de confianza no fue un problema psicológico, sino informacional. Allí se superpusieron dos procesos de naturaleza distinta: la recesión periódica, inherente al capitalismo, que comenzó el 31 de diciembre de 2007, y la irrupción de la crisis financiera -o pánico-, que provocó la recesión mundial. Las crisis -súbita irrupción de hechos nuevos- no se prevén; si fuera posible hacerlo, no habría crisis. A lo sumo, tenues parpadeos en las series estadísticas.
Lo que se puede hacer es fijar el cuadro estructural en el que las crisis surgen y que establece el marco de lo posible y de lo imposible. El pensamiento analítico es, por definición, anticatastrófico. Los dos indicadores fundamentales de la actual fase del capitalismo son, por un lado, la productividad norteamericana y, por el otro, la demanda chino-asiática, ambos intactos el 15 de septiembre de 2008, al caer Lehman Brothers.
Por eso ésta ha sido una recesión cualitativamente diferente en EE. UU.: el producto cayó, la inversión se desplomó, pero la productividad aumentó extraordinariamente. En el último trimestre de 2008, en que el producto se contrajo 6.4% anual, la productividad creció 3.2%; y en el segundo trimestre de 2009, en que el PBI disminuyó -1%, la productividad se incrementó 6.4% anual. Las acciones de Lehman Brothers valían 32 centavos esta semana, cuando su precio era 0 en septiembre 2008. En agosto, superaron los 100 millones de cotizaciones por día, mientras el año previo la actividad fue nula. La crisis de confianza (pánico) ha terminado en EE. UU; y con ella la crisis global.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

El Foro de Davos advirtió sobre la falta de confianza en el país

La Argentina mejoró tres puestos en el ranking, pero recibió fuertes críticas en lo institucional
La visión desde el exterior / Chile, Brasil y Uruguay, con mejor desempeño
Sobre 133 países relevados, la Argentina ocupa el puesto 85° en el ranking de competitividad que elabora anualmente el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) de Davos. La buena noticia es que el país subió tres puestos respecto de la edición anterior. La mala, que se sigue rezagando respecto de sus vecinos y que ocupa los últimos puestos en los indicadores relativos a calidad institucional y de eficiencia del mercado.
Algunos ejemplos son especialmente llamativos. La Argentina es el país con la confianza más baja del mundo en los estándares éticos de sus políticos. Sólo supera a tres países en cuanto al favoritismo que demuestran sus gobernantes hacia empresas e individuos con buenos contactos a la hora de otorgar contratos. Y si se evalúa la malversación de fondos públicos debido a la corrupción, sólo puede exhibir resultados mejores que los de nueve países: Burundi, Uganda, República Dominicana, Costa de Marfil, Camerún, Bolivia, Paraguay, Chad y Venezuela.
El informe, que incluye 110 indicadores parciales en los que combina datos objetivos con una encuesta de percepción entre empresarios de cada país, considera que el puesto 85° obtenido por la Argentina es "un resultado todavía decepcionante dadas las numerosas fortalezas competitivas del país y el importante crecimiento del PBI observado entre la gran crisis económica de 2001 y 2008". Entre las fortalezas, se destacan los puestos 18° en matrículas de escolarización primaria y 20° de terciaria, y el hecho de ocupar el puesto 21° entre los mayores mercados del mundo, además de mostrar un desempeño aceptable en los indicadores de salud pública.
"Hay una falta de confianza del sector privado argentino hacia el respeto de las reglas por parte del Gobierno. En general, predomina la idea de que no se puede confiar en el entorno de negocios del país, lo cual es un problema para inversores y para empresarios", dijo a LA NACION Irene Mia, economista senior del WEF y una de las autoras del informe. Añadió que otros problemas que atentan contra la competitividad argentina son la "rigidez del mercado laboral" y las dificultades para acceder al financiamiento.
La base de los indicadores subjetivos que componen el índice global de competitividad son, en el caso de la Argentina, un centenar de encuestas a altos ejecutivos de empresas medianas y grandes que operan en el país. Los investigadores debieron mandar cerca de mil cuestionarios porque la mayoría de los empresarios no querían opinar. "Hay cierto temor a contestar", contó la investigadora María Elina Gigaglia.
La Argentina es superada en el ranking general por la mayoría de sus vecinos. Brasil, que hace dos años ocupaba el puesto 72°, hoy está en el 56°. Mientras el país de Lula da Silva crecía 16 puestos, la Argentina está hoy en la misma ubicación que en 2007. Chile, en el puesto 30°, sigue liderando la región. Y Uruguay trepó 10 lugares en el último año para colocarse en el puesto 65°.
Salida de capitales
"La tendencia de las dos últimas administraciones de adoptar políticas discrecionales -afirma el reporte respecto de la Argentina-, incluido un reciente intento de aumentar los impuestos a las exportaciones agrarias, además de la nacionalización del sistema de jubilación privada, ha erosionado la confianza de los inversionistas locales y extranjeros, lo que ha dado origen a la creación de un mayor incentivo para la salida de capitales."
Además de los ya citados, hay otros indicadores que utilizó el WEF para cuestionar el marco institucional argentino. En la encuesta sobre la protección del derecho a la propiedad, los empresarios argentinos brindaron una de las notas más bajas (puesto 126°), detrás de países como Uganda, Albania y Burundi. Tampoco fue bueno el desempeño en los rankings de independencia judicial (120°), comportamiento ético de las empresas (120°), transparencia en la ejecución de políticas públicas (125°), despilfarro del gasto público (125°) y eficiencia del marco legal cuando alguien cuestiona una directiva gubernamental (131°).
A la hora de evaluar el mercado, los entrevistados colocaron a la Argentina entre los tres países cuyos impuestos ponen más límites al trabajo y la inversión. Además, sólo en Bulgaria, Venezuela y Zimbabwe consideran que sus políticas agropecuarias son peores que las argentinas.
El reporte del WEF recomienda a la Argentina "institucionalizar sólidas políticas fiscales, lograr un mayor respeto por el Estado de Derecho, liberalizar los mercados de factores y reducir la burocracia a fin de restaurar la confianza de los inversionistas en el Gobierno y el entorno empresarial".

jueves, 25 de junio de 2009

La materialización del BRIC

May-27-08 - por Rodrigo Mallea
Lo que comenzó en el año 2004 como un ejercicio prospectivo de la consultora financiera Goldman Sachs acerca de las cuatro economías que liderarían el mundo en términos económicos y poblacionales para el 2050 -conocidas como las BRIC por sus siglas iniciales: Brasil, Rusia, India y China-, no sólo se limitó a enriquecer el análisis político y económico a nivel mundial sino que además comenzó a materializarse el 16 de mayo del presente año cuando se reunieron los cuatro cancilleres de las potencias señaladas en Rusia.
La reunión que tuvo lugar en Ekaterinburg difícilmente haya sido una coincidencia en un contexto mundial signado por el creciente nivel de precios que están alcanzando los alimentos y la energía -los dos ejes que definen la geopolítica actual- a lo que se le podría agregar otro elemento de carácter político no menos importante que ocupa el debate internacional actual: la relativización de la hegemonía estadounidense como única superpotencia mundial en los próximos años.
En este sentido, la agenda de los cancilleres reunidos en Rusia no escapó a ningún aspecto de las principales preocupaciones respecto a la coyuntura mundial: trabajar en conjunto para aliviar el peso de los altos precios globales de los alimentos, construir un sistema internacional más democrático basado en la diplomacia multilateral, fortalecer la estabilidad y la seguridad internacional, y establecer políticas para un uso más racional de la energía mundial: todo esto prescindiendo de la opinión estadounidense, lo que constituye toda una señal al tablero internacional.
El BRIC en números
Es en este contexto donde el BRIC parece haber tomado conciencia de su potencial económico y estratégico en ciernes del siglo XXI, ya que el conjunto de potencias hoy amasa el 27% del PBI mundial (según el Banco Mundial), y en términos poblacionales reúne el 41,6% de habitantes en el mundo.
No obstante, hay que señalar que las cuatro potencias emergentes aún están lejos de liderar el índice del PBI per cápita, donde Rusia actualmente ocupa el 53 lugar seguido de Brasil (80º), China (101º) y la India (129º) en el ranking de los 181 países que lleva el FMI.
A esto cabría agregar que en materia de defensa todavía nadie puede disputarle el liderazgo a Estados Unidos, hoy responsable del 46% del gasto militar mundial seguido del Reino Unido (5%), Francia (5%), China (4%), Japón (4%), Alemania (3%), Rusia (3%), Italia (3%), Arabia Saudita (3%) y la India (2%), aunque cabe resaltar que China, Rusia y la India han incrementado ostensiblemente su gasto militar en el último lustro.
Otro aspecto que hay que destacar es que actualmente sólo Rusia se halla en el G8 (además de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido) y en el Consejo de Seguridad sólo dos BRIC -Rusia y China- poseen un asiento permanente además de Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. No obstante, actualmente hay una puja política encabezada por Brasil y la India para ampliar el Consejo y lo mismo sucede con el G8 luego de que Sarkozy planteara sumar cinco naciones: China, India, Sudáfrica, Brasil y México, lo que conformaría un G13 que abarcaría todas las BRIC, pero esto todavía está por verse.
El potencial del BRICPero volvamos al potencial: se estima que China sobrepasará el PBI de los Estados Unidos para el 2050 y hoy ya se habla de dos centros de gravitación de la economía mundial: uno en occidente y otro en oriente. Brasil por su parte ya logró el liderazgo de la región y actualmente se halla en una disputa por un asiento permanente en el Consejo de Seguridad haciendo una clara apuesta a la tecnología nuclear para ello además de contar con una agresiva política exterior si tomamos en cuenta que Lula realizó 19 viajes a mandatarios extranjeros y recibió 12 sólo en el transcurso del 2007.
Rusia ha hecho lo suyo reclamando su liderazgo sobre Europa oriental haciéndole frente a la influencia estadounidense en aquélla región advirtiéndole abiertamente cuáles son sus límites. Para ello ya ha aunado fuerzas con China compartiendo varios ejercicios militares donde ambos mandatarios no desaprovecharon la oportunidad para criticar conjuntamente el plan de defensa de los EE.UU.
La India, segunda población mundial, no sólo cuenta con tecnología nuclear sino que además posee una gran masa de capital humano especializado para la cual construyó centenares de Silicon Valleys (comunidades orientadas en atraer y contener mano de obra calificada) que la llevaron a ser hoy el principal exportador de tecnología en el mundo.
Así, el hecho de que éstas cuatro potencias se hayan sentado a discutir y ver de qué modo podrían resolver las principales incógnitas mundiales al margen de los Estados Unidos es un dato de gran significatividad política, siendo el mayor mérito de Goldman Sachs el haber encontrado homogeneidad y sentido a las potencias del BRIC en la heterogeneidad política, social y cultural que ellas mismas suponen.

jueves, 18 de junio de 2009

El BRIC: una nueva realidad mundial

El BRIC se convierte en gigantescos mercados
Brasil, Rusia, India y China -reunidos hoy en la ciudad rusa de Ekaterinburg- pueden transformar el sistema de poder mundial. Por: Jorge Castro
Goldman Sachs, cuando inventó en 2001 la sigla BRIC (Brasil, Rusia, India y China) señaló que este grupo de países representaría 10% del PBI mundial al concluir la década. Pero en 2007 fue 14%; y trepará a 18% en 2010.
El auge del BRIC es parte de la tendencia de fondo de la economía mundial en los últimos 15 años.
En 2005, por primera vez desde la Revolución Industrial (1780), más de la mitad del PBI correspondió a los países emergentes; y en los cinco años previos a la crisis (2003-2008) respondió por 80% del crecimiento de la economía global.
Más importante, es que los emergentes son la fuente del 15% de las empresas transnacionales (ETN's) -segmento fundamental del sistema integrado transnacional de producción-, la dimensión productiva del capitalismo en su fase de globalización.
Los países emergentes dejan de ser plataforma de exportación de productos industriales de baja tecnología, basados en una fuerza de trabajo abundante y barata, que se exporta al Primer Mundo (G-7), y se convierten en gigantescos mercados internos que se expanden por el aumento del número de consumidores; y a los que dirigen sus bienes de alta tecnología y servicios sofisticados los países avanzados.
Goldman Sachs calcula que la clase media global de los países emergentes (con ingresos entre US$ 6.000 y US$ 30.000 anuales) crece 70/80 millones por año, dos tercios en Asia-Pacífico; y prevé que, en 2030, 2.000 millones de personas se habrán incorporado a esta clase media global.
Este nuevo mecanismo de acumulación que encabeza el BRIC implica que EE. UU. -y detrás de él, el resto del mundo avanzado- se vuelca a los servicios y a la alta tecnología.
También cambia la estructura del comercio internacional, que se torna más liviano y menos centrado en la industria, que se traslada en masa a los emergentes, y sobre todo a Asia-Pacífico.
Por último, todos los países del mundo, en primer lugar los de América del Sur, profundizan su especialización productiva, con un vuelco hacia los agroalimentos y la energía, y los servicios vinculados a esta plataforma de acumulación.
La industria tradicional (automotriz) se convierte en un fenómeno esencialmente asiático: China será la máxima productora mundial de automotores en 2011 (11.800.000 unidades anuales).
El BRIC no es un bloque ni un sistema multilateral, sino una expresión de la tendencia de fondo de la economía mundial, transformado en la segunda instancia política transnacional de la globalización, después del G-20.
"Todo consiste en advertir cuando lo sólido se transforma en líquido y lo líquido en sólido", dice Bismarck.
En el nuevo tejido del poder mundial, el papel de Brasil es crucial por tres motivos: su vínculo con EE. UU.; su condición de líder en América del Sur, una de las tres regiones emergentes; y su carácter de potencia agroalimentaria y energética en pleno despliegue del super-ciclo de commodities.
La reunión de hoy en Ekatarinburg (Rusia) es uno de los dos acontecimientos mundiales de 2009; el otro, es el encuentro del G-20 en septiembre, en Nueva York.

sábado, 13 de junio de 2009

En plena recesión, Europa gira a la derecha

Europa gira a la derecha. Por James Neilson
Berlusconi, símbolo de la derecha europea, sigue ganando pese a los escándalos.
Cuando para desconcierto de casi todos el sistema financiero internacional pareció estar por suicidarse y llevar consigo al más allá grandes trozos de la “economía real”, en el mundo entero pensadores progresistas se pusieron a festejar la muerte del capitalismo salvaje y su pronto reemplazo por un esquema que a su entender sería mucho más humano. Dieron por descontado que la gente se alzaría en rebelión contra un orden a su juicio irremediablemente podrido, encolumnándose detrás de aquellos políticos que le había advertido sobre el destino atroz que le esperaría si confiaba demasiado en las promesas engañosas de los comprometidos con la quimera “neoliberal”.
Pareció darles la razón el desenlace de las elecciones presidenciales norteamericanas del año pasado: Barack Obama debió su triunfo en buena medida al cataclismo financiero que tanto contribuyó a desprestigiar a republicanos como su rival John McCain. Puede entenderse, pues, el asombro que sienten los izquierdistas ante los resultados de los comicios europeos. En todos los países grandes, y en la mayoría de los chicos, se impusieron los conservadores, mientras que algunas agrupaciones sindicadas como ultraderechistas consiguieron abrirse lugar. También pudieron felicitarse por su éxito los verdes que, pensándolo bien, son a su modo particular los más conservadores de todos.
Para los izquierdistas ortodoxos que se enorgullecen de sus certidumbres contundentes y que, como es lógico, creyeron tener buenos motivos para suponer que les beneficiaría la crisis penosa del capitalismo, los resultados fueron un balde de agua fría. Si bien lograron asustar a muchos hablando del “fin del capitalismo” o, por lo menos, de su avatar más reciente, al sembrar la idea de que en adelante todo sería distinto ayudaron a crear un clima que no les favorecería en absoluto. Lejos de sentir entusiasmo por las “soluciones” propuestas por los socialdemócratas o los neocomunistas, la mayoría las han tomado por una amenaza.
A qué se debió el triunfo de los conservadores? En parte a que en tiempos de zozobra económica escasean los dispuestos a arriesgarse optando por partidos que quisieran emprender reformas drásticas de eficacia dudosa que, para más señas, ya se habían ensayado con resultados decepcionantes. Con razón o sin ella, cuando del manejo de la economía se trata, hoy en día la mayoría propende a confiar más en los conservadores que le parecen más serios, menos propensos a dejarse seducir por fantasías voluntaristas anticuadas. Fue a buen seguro por esta razón que tantos italianos eligieron pasar por alto la conducta de su primer ministro Silvio Berlusconi –que en vísperas de las elecciones se las arregló para protagonizar un escándalo mucho más llamativo que el de Perón con las chicas de la UES al rodearse de jóvenes desvestidas–, lo que permitió a su partido y a sus aliados de la Liga Norte aventajar por un margen cómodo a la alicaída izquierda peninsular.
Otro factor, acaso el más importante, tiene que ver con la brecha que en la mayor parte de Europa se ha abierto entre las elites políticas, económicas y, sobre todo, culturales, por un lado y, por el otro, los demás habitantes del bien llamado Viejo Continente. Desde hace varias décadas, las universidades y medios de difusión europeos están dominados por progresistas que, con la ayuda entusiasta de una generación de políticos, han procurado extirpar las tradiciones nacionales de sus países respectivos por creerlas responsables de una serie de catástrofes históricas, entre ellas el surgimiento del nazismo y la Segunda Guerra Mundial, sin preocuparse en absoluto por los sentimientos mayoritarios. La consecuencia más notable de los esfuerzos por purgar Europa de sus males ancestrales ha sido la llegada de decenas de millones de inmigrantes procedentes del Tercer Mundo, en especial de los países musulmanes, que, lejos de querer asimilarse, parecen resueltos a obligar, por las buenas o por las malas, a sus anfitriones a modificar radicalmente su propio estilo de vida.
Para las elites, el “multiculturalismo” y la “diversidad” resultante han servido para enriquecer a Europa, para hacerla más vibrante, menos gris. Asimismo, sus voceros han señalado una y otra vez que si los europeos se resisten a producir hijos en cantidades adecuadas, hay que llenar el vacío importando jóvenes de otra latitudes. Pero para muchos nativos, la decisión de estimular la inmigración masiva sin consultarlos antes está detrás de una invasión ajena nada agradable que los ha hecho sentir como extranjeros indeseados en sus propios barrios. Se creen víctimas de un experimento maligno emprendido por intelectuales cosmopolitas altaneros que, haciendo gala del desprecio que sienten por sus compatriotas menos esclarecidos, los han echado en una mezcladora multicultural.
Puede que sean lamentables las manifestaciones de xenofobia de quienes añoran el estilo de vida monocromático de otros tiempos, pero son innegablemente naturales. ¿Cómo reaccionarían los habitantes de La Matanza, digamos, si, sin que nadie les pidiera permiso, se vieran forzados a convivir con medio millón de somalíes que no ocultaran su odio por las costumbres argentinas? En todos los países de Europa, han proliferado últimamente las protestas contra el intento de atenuar los problemas ocasionados por el envejecimiento de poblaciones que son reacias a reproducirse abriendo las puertas a inmigrantes cuyas formas de pensar son, en opinión de muchos, incompatibles con las tradiciones locales. Como no pudo ser de otra manera, la crisis económica, y la sensación difundida de que será imposible recuperar la prosperidad de apenas medio año atrás, ha ampliado las grietas que separan a los distintos grupos étnicos y religiosos.
En Holanda, el partido de Geert Wilders que en nombre de los principios básicos de la Ilustración se opone con virulencia a la presencia creciente del Islam en su país, logró el 17 por ciento de los votos y sobre la base de ellos, cuatro de los 25 escaños de su país. Si es “ultraderechista” sentirse amenazado por el conservadurismo extremo de los islamistas, Wilders se ubica bien a la derecha del mapa político, pero conforme a las pautas que regían antes de iniciarse la era de “la corrección política” al uso europeo, su postura es bastante moderada. No puede decirse lo mismo del Partido Nacional Británico, un grupo de matones racistas de simpatías hitlerianas, que para horror del grueso de sus compatriotas consiguió un par de escaños en el parlamento europeo, lo que les supondrá una inyección muy útil de dinero.
Aunque sigue siendo una agrupación muy minoritaria que debió su éxito al uso del sistema electoral poco británico de la representación proporcional, el PNB supo aprovechar el malestar que sienten los blancos pobres, casi todos ex laboristas, y algunos de la clase media acomodada, por la transformación de partes de sus ciudades en copias fieles de aldeas paquistaníes. Les molesta mucho que, por su propia seguridad, hasta mujeres inglesas tengan que cubrir la cara cuando salen de compras y que en las calles abunden fanáticos exóticamente ataviados que predican la guerra santa contra quienes en teoría son sus compatriotas británicos. También benefició al PNB el desprestigio del establishment político, sobre todo la vertiente laborista, debido a la revelación poco antes de las elecciones de que casi todos los parlamentarios habían engordado sus ingresos embolsando cantidades jugosas de dinero supuestamente para viáticos y otros gastos.
La combinación de inseguridad económica y el temor producido por la irrupción de millones de musulmanes, incluyendo a algunos que son muy pero muy combativos, está detrás del “giro hacia la derecha” que han dado últimamente los británicos, alemanes, franceses, italianos, españoles, polacos y otros. Se trata de su forma de atrincherarse para enfrentar mejor un futuro que les parece ominoso. Dadas las circunstancias, el malestar que se ha propagado por Europa puede entenderse. Merced a la negativa a procrearse de tantos alemanes, italianos, españoles, griegos, letones, etcétera, los sistemas provisionales relativamente generosos de la UE no tardarán en compartir la suerte de los argentinos.
Por lo demás, la mayoría presiente que la reconfortante noción progre de que las convulsiones económicas actuales servirán para que el “capitalismo salvaje” denunciado por los socialdemócratas y quienes están a su izquierda se vea sucedido por algo muchísimo más benigno es sólo una ilusión, ya que países como Alemania que apostaron todo a la industria manufacturera tendrán que enfrentar la competencia cada vez más brutal de China y la India. Otro motivo de malestar es que nadie parece entender muy bien cómo funcionan las economías modernas en que actividades misteriosas y al parecer grotescamente improductivas, como las vinculadas con las finanzas y los servicios, constituyen el motor principal del crecimiento: a muchos les parece sólo un truco, un castillo de naipes que un día se desplomará depositando a millones en la miseria. Como tantos otros, los europeos del montón sienten vértigo en un mundo que a su juicio se ha hecho insoportablemente complicado y peligroso: puede que en los años próximos nos deparen sorpresas que sean decididamente mayores, y más alarmantes, que las supuestas por los resultados electorales más recientes.

martes, 10 de marzo de 2009

Una revolución: China mira a su mercado interno.

Decision de alcance global. China gira hacia el consumo interno. Por Jorge CastroLo más importante del discurso del primer ministro Wen Jiabao en la Asamblea Nacional del Pueblo reunida en Beijing el miércoles de esta semana, fue que estableció que la creación de un sistema de seguridad social (jubilaciones, educación, salud, viviendas, ayudas a los residentes rurales y a los trabajadores migrantes), que abarque a los 1.300 millones de chinos, es el prerrequisito para impulsar el auge del consumo individual –y por esa vía de la demanda interna– de la tercera economía del mundo y de la segunda potencia comercial mundial.
China creció en los últimos treinta años a un promedio de 10% anual, por lo que ha multiplicado su PBI por 8 y ha duplicado el ingreso per cápita cada 8 años. Lo ha hecho a través de la inversión y el comercio internacional. Su tasa de inversión es 47% del PBI, y su comercio internacional crece 30% por año desde 2000. El nivel de ahorro interno es superior a la tasa de inversión: 50% del PBI o más.
Revertir ese mecanismo de acumulación, y colocar el eje en la demanda interna, exige crear una estructura de incentivos que disminuya la tasa de ahorro y impulse el gasto individual. Este es el significado estratégico de la creación, por primera vez en la historia, de una red de seguridad social para el país. El gobierno central gastará este año US$ 42,84 billones en el sistema de seguridad social, es 17,6% más que en 2008. Una cifra semejante invertirán los gobiernos locales. En tres años (2009-2011) se establecerá un sistema universal de salud, urbano y rural, con una inversión de US$ 150 billones.
Lo decisivo es que entre 2009-2020 se invertirán 5,74 trillones de yuanes (un trillón de dólares) 32% del PBI, para crear un sistema completo de seguridad social, en salud, educación, viviendas y jubilaciones. El gasto social converge con el plan de desarrollo de infraestructura, que prevé invertir US$ 586 billones en dos años (2009-2010). La diferencia es que, mientras el segundo crea una infraestructura (autopistas, ferrocarriles, telecomunicaciones) de nivel mundial, la primera induce un nuevo mecanismo de acumulación fundado en el consumo individual.
Una diferencia esencial entre la crisis en China y la de los países avanzados, ante todo en los Estados Unidos, es que no hay crisis financiera en la Republica Popular: el mercado de crédito funciona plenamente, el crédito privado aumentó 18% en diciembre y 20% en enero y febrero.
China también apuesta a la innovación tecnológica y a la reestructuración de su industria. Dijo el premier Wen Jiabao en Cambridge: “Las grandes crisis son seguidas históricamente por revoluciones científicas y tecnológicas, y no es posible ninguna recuperación sostenida sin una gigantesca innovación en la ciencia y en la tecnología”.
El giro de China hacia una acumulación fundada en el aumento del consumo individual ha sido expuesto por PricewaterhouseCoopers (PwC), que señaló que implica una nueva fase, cualitativamente distinta, del proceso de globalización: “Las economías emergentes han sido consideradas desde 1991 como centros de offshoring (transferencias a ellas de tramos de la producción de las empresas transnacionales), y núcleos de fabricación de productos de bajo costo para su colocación en las economías avanzadas”. A partir de ahora la situación se invierte, y los países emergentes, encabezados por China, se transformarán en “mercados de destino por derecho propio” de los productos de alta calificación y elevado nivel tecnológico provenientes del G-7.
El primer ministro británico, Gordon Brown, sostuvo ante el Congreso de Washington: “Hay que advertir en este momento de crisis, mientras los pueblos se muestran ansiosos e inseguros, que en las próximas dos décadas literalmente miles de millones de personas de otros continentes dejarán de ser simples productores de bienes baratos para convertirse en consumidores de nuestros bienes tecnológicamente más avanzados; y de esta forma, en veinte años, la economía mundial duplicará su tamaño”.
Agregó Brown: “Esto significa la más grande expansión de ingresos y trabajos de clase media que el mundo jamás ha visto. No se trata de mostrar un optimismo ciego o una confianza sintética, sino de la afirmación práctica de la tendencia central de la época, surgida de la crisis y como respuesta a ella”. Desde que Gran Bretaña perdió la hegemonía mundial se ha especializado en actuar como consejero estratégico de EE.UU. (Churchill/Roosevelt, Thatcher/Reagan, Blair/Clinton). Ahora llegó el turno de Brown con Obama.

lunes, 23 de febrero de 2009

Cómo enfenta China la crisis?

China, como siempre, "huye hacia adelante"
Mientras Hillary Clinton se encuentra este fin de semana en China, en lo que constituye su primer viaje al exterior como secretaria de Estado, la República Popular experimenta una profunda crisis económica, ante todo en su sector externo. Las exportaciones disminuyeron en enero 17,5% anual, y las importaciones cayeron 43,1%. La caída mostró una agudización de la crisis, porque las exportaciones habían disminuido 2,8% en diciembre y las importaciones 21,3% anual. En el último trimestre, el PBI creció 6,8% anual, tras experimentar una profunda desaceleración, porque aumentó 9% en 2008 y se había expandido 13% en 2007.
El núcleo de la crisis se encuentra en las provincias costeras del Sur, situadas desde Hong Kong hasta Shanghai. La principal es Guangdong, con eje en Shenzhen, al norte de Hong Kong. Guangdong es la punta de lanza del crecimiento chino de los últimos 30 años, y la vanguardia de la experimentación capitalista en lo económico y en lo político desde que Deng Xiaoping proclamó allí (1992) el comienzo de una nueva ola de reformas, tras la impasse provocada por los acontecimientos de Tiananmen (1989). El PBI de Guangdong creció 10,1% en 2008 y 14,7% en 2007.
En 2008 cerraron en la provincia 62.400 empresas, y 800 mil trabajadores la abandonaron. Casi la totalidad de las industrias fallidas son trabajo-intensivas (calzado, textiles, juguetes y artículos deportivos). Entre un tercio y la mitad de su aparato productivo ha cerrado o se apresta a cerrar. Beijing informó la semana pasada que 20 millones de trabajadores migrantes –de los 150 millones que se volcaron a las ciudades en busca de empleos industriales– se encuentran desocupados; y que el mayor incremento del desempleo ocurrió en los últimos tres meses por la caída de la demanda externa provocada por la recesión en Estados Unidos, la Unión Europea y Japón.
La inversión pública aumentó 14% en enero. Es parte del plan de inversión por 586 billones de dólares (14% del PBI) lanzado en septiembre del año pasado. Beijing anunció esta semana una nueva iniciativa por 123 billones de dólares para proveer a la población china de un sistema universal de salud en un plazo de dos años.
El plan de infraestructura está centrado en la construcción de autopistas y ferrocarriles. En los últimos diez años, China construyó 50.000 km de autopistas; y serán 88 mil en 2020. Tendrá para entonces 10.000 km más de autopistas que los Estados Unidos.
El ferrocarril que atravesará las provincias del noroeste, lindantes con Rusia y Mongolia, implica una inversión de 17,6 billones de dólares. La red de transporte de carga que recorrerá el norte y el centro del país requerirá para su construcción 22 billones de dólares. La prioridad son las líneas urbanas. Toda ciudad de más de un millón de habitantes –unas 320– tendrá su propia red interurbana en los próximos diez años. Este año se invierten en ellas 88 mil millones de dólares; el año pasado fueron 44 mil millones. A la cabeza de la construcción ferroviaria se encuentran las líneas de alta velocidad. En este momento, 110 mil trabajadores completan la construcción de la ruta Beijing-Shanghai, que permitirá su tendido a un costo de 23 billones de dólares. Es tres veces la cifra invertida en la represa hidroeléctrica de las Tres Gargantas sobre el río Yangtze.
Para enfrentar la crisis, China está construyendo una infraestructura de transporte de nivel mundial, situada en la frontera de la innovación tecnológica, semejante –o quizá por adelante– de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. La Oficina del Banco Mundial señaló en Beijing: “No hay nada comparable al actual desarrollo de la infraestructura en China, al menos desde la construcción de la red ferroviaria y de canales de Estados Unidos que tuvo lugar en el siglo XIX”. Es una infraestructura que unirá por primera vez la totalidad del mercado chino; y que aumentará estructuralmente su productividad en el largo plazo: su competitividad mundial. En el sur, sobre todo en Guangdong, no van a reconstruir las empresas perdidas. Van a impulsar el crecimiento de industrias de alta tecnología (high-tech), con el establecimiento en los próximos tres años de cien laboratorios de investigación y desarrollo científico (R&D), en su mayoría de empresas transnacionales, que procurarán transformar al triángulo Shenzhen/Hong Kong/Macao en un centro de innovación de nivel mundial.
La lógica de las reformas en China en los últimos 30 años ha sido siempre enfrentar las crisis huyendo hacia adelante. Es probable que cuando supere la crisis actual, quizás en el segundo semestre de este año –o el año que viene–, sea todavía más poderosa y competitiva de lo que ha sido antes de su inicio.

jueves, 19 de febrero de 2009

La crisis no se detiene

Se multiplican los problemas para grandes empresas alrededor del mundo
Los beneficios de la aseguradora francesa Axa, la segunda más grande de Europa, se desplomaron un 83%; Walt Disney dijo que despedirá una cifra no especificada de trabajadores para reestructurar sus parques; Saab entraría en concurso. Enfrascadas en una vorágine financiera y económica, grandes firmas alrededor del mundo continúan reflejando fuertes caídas de sus ganancias -y hasta severas pérdidas- en sus balances y mantienen una ola de despidos sin precedentes.
Los beneficios de la aseguradora francesa Axa, la segunda más grande de Europa, se desplomaron un 83%, hasta los 923 millones de euros (1163 millones de dólares) en 2008, caída que responde a los efectos de la crisis financiera, aseguró hoy la compañía en París. En la segunda mitad de año, Axa registró un pérdida de 1240 millones de euros. En la primera mitad del año sin embargo se llegó a un saldo positivo de 2160 millones de euros. "2009 será otro año desafiante a la luz de la actual coyuntura económica global", dijo el presidente del consejo de administración, Henri de Castries. "Las turbulencias del mercado financiero en 2008 no tienen precedentes y tuvieron un impacto significativo sobre nuestra industria. Axa no fue inmune a este entorno adverso", señaló de Castries, quin dijo que la empresa se ha sabido adaptar al complejo entorno.

Walt Disney Co. anunció hoy que despedirá una cifra no especificada de trabajadores al reestructurar sus parques temáticos en Estados Unidos ante la disminución de visitantes y de ingresos. Jay Rasulo, presidente de Walt Disney Parks and Resorts, señaló en un comunicado que los cambios "reflejan las realidades económicas actuales". Los recortes anunciados llegan luego de que Disney ofreció el mes pasado paquetes de retiro voluntario a aproximadamente 600 ejecutivos de la división de parques. Los cambios, que entran en efecto de manera inmediata, llegan unas semanas después de que la compañía de medios y entretenimiento con sede en Burbank, California, reportó una reducción de 32% en las ganancias trimestrales entre una recesión que el director ejecutivo Robert Iger calificó como "probablemente la economía más débil de nuestra era".
Los ingresos de parques y centros vacacionales cayeron 4% durante el período a 2670 millones de dólares al disminuir la asistencia a los parques temáticos y la ocupación de los hoteles de la compañía en Estados Unidos.
Industria: e
l fabricante de coches sueco Saab probablemente solicite hoy el concurso de acreedores, según informan varios medios en Estocolmo en base a fuentes de la empresa. Saab, al igual que Opel y Vauxhall pertenece a la estadounidense General Motors (GM), y está a punto de ser vendida. En la víspera, la ministra sueca de Economía, Maud Olofsson, ya señaló que la reordenación de este fabricante relativamente pequeño después del concurso de acreedores era probablemente la solución más probable y mejor. De ello podría surgir una empresa diferente y sana. El gobierno de Estocolmo se niega a proporcionar a GM ayuda en forma de capital.
El quinto autopartista del mundo, el alemán Continental, comunicó hoy en su sede en Hannover que en 2008 registró unas pérdidas récord de 1120 millones de euros (1.420 millones de dólares) como consecuencia de la crisis que atraviesa la industria automotriz. Sus responsables agregaron que ese resultado se vio afectado también por las millonarias amortizaciones derivadas de la adquisición de la filial de Siemens VDO, por la que se pagaron más de 11.000 millones de euros (casi 14.000 millones de dólares). De no haber sido por ello, el productor de componentes automovilísticos no habría registrado números rojos en el anterior ejercicio, recalcaron.
Un mundo aparteEl grupo alimentario suizo Nestlé obtuvo en 2008 un beneficio de 18.000 millones de francos (unos 15.300 millones de dólares), lo que supone un incremento del 70 por ciento con respecto a 2007, según informó hoy la compañía. El buen resultado responde a la venta parcial del fabricante de productos para el cuidado de las lentes de contacto, Alcon, a Novartis. El volumen de ventas aumentó un 2,2 por ciento, hasta situarse en 109.900 millones de francos (unos 93.500 millones de dólares).

sábado, 14 de febrero de 2009

El Plan de Obama

El plan de Obama tiene luz verde en el Congreso. Aprobó la Cámara baja el programa de estímulo económico
Alberto Armendariz. Para LA NACION
NUEVA YORK .? El gobierno del presidente Barack Obama se anotó ayer una victoria agridulce con la aprobación en la Cámara de Representantes del plan de estímulo económico, aunque no consiguió cosechar el apoyo de los republicanos para el paquete de 787.000 millones de dólares. Después de un extenso y por momentos feroz debate en la Cámara baja, el tan esperado plan obtuvo 246 votos a favor y 183 en contra, sin lograr convencer siquiera a un republicano y, encima, con siete demócratas que se opusieron. El proyecto de ley era votado al cierre de esta edición en el Senado.
Se esperaba que, tal como sucedió en la votación anterior que había realizado el Senado sobre su propia versión del plan, sólo tres republicanos moderados ?Susan Collins y Olympia Snowe, de Maine, y Arlen Specter, de Pensilvania- respalden la medida, que tuvo en vilo a la Cámara alta hasta entrada la noche. Como la mayoría demócrata allí es mínima, el partido oficialista necesitaba cada uno de sus votos, y debió incluso esperar a que el senador Sherrod Brown, de Ohio, arribara a Washington de regreso del funeral de su madre.
De ser aprobado en el Senado, tal como se daba por descontado, Obama podrá finalmente poner su rúbrica al plan el lunes, su autoimpuesto plazo para comenzar a revertir la profunda recesión que se ha cobrado ya 3,6 millones de empleos desde el año pasado. La Casa Blanca estudiaba aprovechar el feriado del lunes, en que se conmemora el Día del Presidente, para realizar una firma pública de la ley de estímulo económico con un mensaje del mandatario en cadena nacional.
"Tenemos una oportunidad única en nuestra generación para actuar audazmente, convertir la adversidad en oportunidad, y usar esta crisis para transformar nuestra economía para el siglo XXI", apuntó ante un grupo de empresarios Obama, quien espera que las medidas aprobadas ayuden a salvar o crear más de tres millones de puestos de trabajo.
El plan incluye un significativo recorte de impuestos a la clase media y las pequeñas empresas, créditos para emprender nuevos negocios e importantes inversiones en planes sociales de salud y educación, además de proyectos de infraestructura.
La inminente aprobación del plan corona el final de una semana de altibajos para la nueva administración de Obama, que recibió anteayer otro duro golpe con el alejamiento de su candidato a secretario de Comercio, el senador republicano Judd Gregg, tirando por tierra su idea de crear un frente de unidad nacional frente a la crisis. Sin embargo, al menos los negociadores de ambas cámaras legislativas se pusieron de acuerdo rápidamente para conciliar las dos versiones del plan de reactivación que ya habían votado por separado en las últimas semanas, y que superaban en costo al proyecto que tuvo luz verde ayer.
Temor
"Hay un gran temor en nuestro país por nuestra economía. Lo que necesitamos ahora, sin embargo, no es miedo sino confianza", destacó la líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de California.
De todos modos, desde las filas opositoras, los republicanos continuaron criticando con dureza el paquete final que, según ellos, está cargado de gastos innecesarios y no logrará su cometido.
"Todos entendemos que la economía está en crisis y estamos de acuerdo en que hay que hacer algo, pero ésta no es la manera", señaló el senador republicano John Cornyn, de Texas, al atacar el alto nivel de gasto estatal que prevé el plan.
"La tragedia de esta proyecto es que ignora una dura lección aprendida: no podemos alcanzar la prosperidad gastando. Durante el gobierno de (George W.) Bush fortalecimos nuestra defensa interna, dimos beneficios médicos a los jubilados y aumentamos el apoyo federal a la educación; sin embargo, todo ese gasto adicional no protegió nuestra economía de esta recesión", explicó.
Estruendo
Por otra parte, muchos fueron los congresistas que se quejaron que no tuvieron tiempo suficiente para examinar detalladamente el proyecto de ley, que impreso ocupaba más de mil páginas, y apenas fue puesto a disposición de todos los legisladores anteanoche.
El propio líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, John Boehner, de Ohio, llegó al recinto con una copia del voluminoso borrador, que tiró al piso produciendo un estruendo para llamar la atención de todos sus colegas.
"Ningún miembro puede haber leído todo esto desde anoche", afirmó. "Este es el epítome de lo que he venido aquí a detener. La economía estadounidense necesita ayuda, pero este proyecto de ley que se suponía debía ser sobre empleos, empleos y más empleos, se ha convertido en puro gasto, gasto y más gasto", agregó el enojado representante.
787.000 Millones de dólares
Es la cifra que la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó para la ejecución del plan de estímulo, luego de varias semanas de debates sobre cómo reactivar la economía del país.
3,5 Millones de empleos
Son los que, según Obama, salvará el plan. Sin embargo, los republicanos sostienen que las medidas son insuficientes y que se reparte demasiado dinero en proyectos de escaso rendimiento.
281.000 Millones de dólares
Son los recursos que se destinarán a recortes impositivos para "el 95% de las familias de trabajadores de Estados Unidos, según lo afirmó Obama. El recorte también incluye a empresas.
308.000 Millones de dólares
Son los destinados a gastos fiscales, a los que se añaden 198.000 millones de dólares para programas asistenciales, lo que da el monto total del plan de estímulo del presidente.