Se titula “Salir
mejores” y lo firma Agenda Argentina, integrado por funcionarios de primera y
segunda línea. Rechazo a la grieta y sus reflexiones sobre la pandemia.
Así como Néstor y
Cristina Kirchner tuvieron a Carta Abierta, un grupo –ya disuelto– de
pensadores K que teorizaron sobre de la praxis política de sus 12 años de
gobierno, Alberto Fernández cuenta con su propio equipo de intelectuales.
Se llama Agenda
Argentina, hay varios ministros como Santiago Cafiero, Sabina Frederic y Matías
Kulfas entre sus filas, y hoy lanzaron su primer manifiesto público en medio de
la cuarentena del coronavirus cuyo título ya es una declaración de principios:
“Salir mejores”.
Las últimas
noticias sobre el virus que afecta a la Argentina y al mundo.
Según afirman,
lejos están de querer parecerse a los hombres y mujeres que se reunían,
encabezados por Horacio González, Ricardo Forster y Eduardo Jozami, en la
Biblioteca Nacional para pasar horas encerrados debatiendo ideas que luego eran
volcadas en extensísimas cartas abiertas que publicaba enteras el diario
Página/12.
La diferencia
principal es que son una generación mucho más joven y que –dicen– quieren
mantener la idea de un grupo de pensamiento "crítico", algo de los
que sus tíos de Carta Abierta renegaron desde su concepción. Otro aspecto,
comentan desde el espacio, es que apelan a la idea de “superar la grieta”, algo
que planteó el Presidente en medio de la pandemia; impensado para los
intelectuales K que se foguearon mediáticamente durante el gobierno de los
Kirchner.
Sabina Frederic y
Santiago Cafiero conforman el grupo de intelectuales K, pero desde su asunción
están más en la gestión que en el debate interno de "Agenda Argentina.
Sabina Frederic y
Santiago Cafiero conforman el grupo de intelectuales K, pero desde su asunción
están más en la gestión que en el debate interno de "Agenda Argentina.
Agenda Argentina
nuclea a 13 grupos de pensamiento afines al albertismo. El Grupo Callao, think
tank que lidera el jefe de Gabinete y del que forma parte la Subsecretaria de
Asuntos Parlamentarios Cecilia Gómez Miranda, es quizás el más conocido, pero hay
otros:
-Espacio
Atahualpa (entre sus referentes está Delfina Rossi, hija del ministro de
Defensa, y vocal del Banco Ciudad).
-Grupo Fragata
(dónde está Abelardo Vitale –@mendieta–, Subsecretario de Relaciones con la
Sociedad Civil).
-El Centro de
Formación y Pensamiento Génera.
-Usina de
Pensamiento Nacional y Popular
- El Frente
Federal Ciencia y Universidad (que cuenta entre sus filas a la ministra de
Seguridad, Sabina Frederic).
-El Sur no Espera
(del que es parte la titular del Sedronar, Gabriela Torres).
-Usina de
Estudios Políticos, Sociales y laborales UEPLAS (en el que está Sol Prieto, de
la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género).
-Comunes
-El Centro de
Estudios Scalabrini Ortiz (uno de sus referentes es el economista Andrés Asain,
habitual panelista de TV)
-El Instituto de
Energía Scalabrini Ortiz
-El Proyecto
Hábitat
-Y el Grupo San
Juan (que responde al gobernador Sergio Uñac).
Hay otros
apellidos conocidos que también son cercanos al grupo de intelectuales de
Alberto Fernández, como Dora Barrancos, Alejandro Grimson, Fernando Peirano,
Ana Castellani y Nicolás Tereschuk (@escriba), todos ellos funcionarios; y
otros como Pedro Saborido, Agustín D’Attellis y Ricardo Rouvier.
Ahora, en medio
de la cuarentena obligatoria por la pandemia del coronavirus, el grupo lanzó su
primer documento en el que advierten que el Covid-19 está “transformando a
nuestro mundo en otro” y por esa razón es necesario “repensar” el Estado, la
economía y la salud pública.
“¿Todas las
personas tienen la misma capacidad a la hora de acceder al sistema de salud?
¿La posibilidad de superar la enfermedad debe depender del lugar que cada una
ocupa en el mercado?”, se preguntan en su análisis, en el que citan palabras
recientes de Alberto Fernández. “El Presidente ha sido claro: la prioridad es
la salud de las argentinas y los argentinos. Y ésto, también, es
responsabilidad de cada uno”, señalan.
En su proclama,
lanzan críticas al neoliberalismo e instan a cumplir con la cuarentena. “La única
certeza con la que contamos hoy para preservar la salud es que tenemos que
quedarnos en casa, interrumpir la circulación y producción de muchas
mercancías, atender a los enfermos, cuidar a los adultos mayores y aprovechar
este tiempo para preguntarnos si queremos seguir viviendo como lo hacíamos
hasta el día en que estalló la pandemia”.
Luego, plantean
una serie de interrogantes: “¿Queremos seguir precarizados? ¿Queremos seguir
endeudados? ¿Queremos seguir con la desigualdad de género? ¿Queremos que las
mujeres carguen con todas las tareas domésticas y de cuidados?¿Queremos seguir
contaminando el medio ambiente? ¿Queremos que la desigualdad sea la regla?”.
También tienen
palabras de elogio para la oposición por su rol en la emergencia sanitaria, en
línea con lo planteado por Fernández de “superar la grieta", al afirmar
que tanto “el oficialismo y la oposición están teniendo un papel central en la
configuración de las respuestas necesarias a la pandemia”.
“No podemos saber
con certeza ni cómo ni cuándo va a concluir esta pandemia. Lo que sí sabemos es
que tenemos la voluntad y la convicción de hacerlo con todas, todos y todes,
asumiendo la responsabilidad particular y colectiva que nos corresponde para
poder, así, salir mejores”, cierran diciendo en su manifiesto de los
intelectuales albertistas.
SALIR MEJORES. TEXTO COMPLETO
“Todo despertó,
todo comenzó”.
Paul Celan
La pandemia del
Covid-19 está transformando a nuestro mundo en otro mundo. Por eso, entendemos
necesario repensar su funcionamiento, en la economía, el Estado y en nuestras
propias relaciones personales para que la salida de esta crisis sanitaria
global sea con más igualdad, con más solidaridad y con más democracia.
Venimos hoy a
manifestarnos a favor de ese futuro.
Atravesamos una
coyuntura crítica, un momento de excepción y emergencia en el que múltiples
fuerzas sociales, económicas y políticas deben confluir para encontrar una
solución. Los interrogantes que circulan, desde cada hogar hasta los espacios
de toma de decisiones, son centrales para la vida en común: ¿Todas las personas
tienen la misma capacidad a la hora de acceder al sistema de salud? ¿La
posibilidad de superar la enfermedad debe depender del lugar que cada una ocupa
en el mercado? El presidente Alberto Fernández ha sido claro: la prioridad es
la salud de las argentinas y los argentinos. Y ésto, también, es
responsabilidad de cada uno.
En este sentido,
la pandemia pone en cuestión la creencia de que el esfuerzo individual es la única
respuesta posible a problemas que son sociales. Las experiencias de los países
de Europa, de Asia e incluso Estados Unidos, muestran que el desmantelamiento o
deterioro de los sistemas públicos y universales de salud ha dejado a millones
de personas al borde del abandono y a sus Estados en una situación de gran
inestabilidad. En los países emergentes, las precariedades laborales, sociales
y habitacionales ponen a los trabajadores y trabajadoras formales e informales
en una situación de extrema indefensión.
La respuesta a
esta situación es política, porque es la política la que define la ecuación
Estado-mercado-sociedad civil. En un plano más concreto, estas formas de
resolver la ecuación son las que determinan los modos de intervención del
Estado, y recortan distintas formas de subjetividad y de vínculo entre las
personas y las distintas instancias del mundo social. Estos vínculos pueden ser
democráticos o autoritarios; pueden ser individualistas o cooperativos, pero
fundamentalmente se diferenciarán en si se pone por delante la necesidad de
preservar la vida de las personas o si, en cambio, se priorizan las necesidades
del capital para seguir reproduciéndose.
En medio de la
pandemia, un zoom de algunos integrantes del colectivo de intelectuales.
En medio de la
pandemia, un zoom de algunos integrantes del colectivo de intelectuales.
La única certeza
con la que contamos hoy para preservar la salud es que tenemos que quedarnos en
casa, interrumpir la circulación y producción de muchas mercancías, atender a
los enfermos, cuidar a los adultos mayores y aprovechar este tiempo para
preguntarnos si queremos seguir viviendo como lo hacíamos hasta el día en que
estalló la pandemia. ¿Queremos seguir precarizados? ¿Queremos seguir
endeudados? ¿Queremos seguir con la desigualdad de género? ¿Queremos que las
mujeres carguen con todas las tareas domésticas y de cuidados?¿Queremos seguir
contaminando el medio ambiente? ¿Queremos que la desigualdad sea la regla?
En Argentina, el
oficialismo y la oposición están teniendo un papel central en la configuración
de las respuestas necesarias a la pandemia. Se trata de decisiones que tienen
que ver con el fortalecimiento del sistema sanitario, el apoyo al personal de
atención a la salud, el Ingreso Familiar de Emergencia, la actuación
democrática de las fuerzas de seguridad, el acceso a la salud de nuestra
población como núcleo organizador de todas las decisiones.
La sociedad civil
construye consensos sobre las responsabilidades que le tocan y muestra su mejor
faceta cuando prioriza cuidar al otro. Empezar por los últimos, los que más
necesitan, es el camino a seguir para superar esta crisis, pero también para
construir un país más justo e igualitario. El cumplimiento de las políticas de
aislamiento, de los aplausos a los y las trabajadores de la salud pública, el
trabajo conjunto de las universidades, las escuelas, las fuerzas de seguridad,
los movimientos sociales, los sindicatos, las pymes, los comedores
comunitarios, los hospitales, las iglesias, entre otros actores y espacios, buscan
contribuir a una salida responsable, solidaria y colectiva. Este consenso puede
ser el primer paso para activar novedosos mecanismos de ciudadanía y a su vez
revisar las prácticas y las desigualdades que nos trajeron hasta aquí.
En suma, el
gobierno y la sociedad argentina están demostrando que el camino para salir de
la pandemia es con salud, con derechos, con responsabilidad y, sobre todas las
cosas, con más igualdad. Esos son los valores que hoy se convierten en bandera
y que queremos que sean los pilares de la sociedad que tenemos que construir.
No es el
pesimismo lo que nos convoca; mucho menos el escepticismo. Por el contrario,
tenemos la convicción de que estamos ante una oportunidad única para abandonar
la cultura hiperindividualista que nos impuso, durante demasiado tiempo, el
neoliberalismo. Desde los diversos colectivos de pensamiento y activismo
político tenemos el desafío de aportar con ideas, producciones y acciones para
la construcción de una solidaridad social activa.
No podemos saber
con certeza ni cómo ni cuándo va a concluir esta pandemia. Lo que sí sabemos es
que tenemos la voluntad y la convicción de hacerlo con todas, todos y todes,
asumiendo la responsabilidad particular y colectiva que nos corresponde para
poder, así, salir mejores.
Agenda Argentina