WASHINGTON.-
Las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico han enfrentado a los
gobiernos de los 12 países firmantes con sindicatos, organizaciones
ambientalistas y grupos que reivindican el acceso a medicamentos más baratos
frente al poder de las grandes corporaciones.
¿Qué es el TPP?
Conocido
como TPP (Trans-Pacific Partnership), el acuerdo establece un nuevo marco de
libre comercio entre una docena de países de la región, liderados por Estados
Unidos y Japón. Las otras naciones implicadas son Australia, Brunei, Canadá,
Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Todos ellos
acordaron ayer un nuevo marco arancelario que afecta a varias industrias, como
la farmacéutica, la automovilística y la textil, y que establece algunas de las
normas laborales y regulaciones medioambientales más ambiciosas hasta ahora.
¿Cuál es la relevancia del pacto?
Se
trata del acuerdo regional más amplio de la historia, que une bajo un mismo
mercado al 40% de la economía de bienes mundial. El TPP representa el pacto más
importante desde 1993, cuando Estados Unidos, Canadá y México firmaron el
Tratado Norteamericano de Libre Comercio. Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y
Singapur empezaron a negociar a comienzos de este siglo, y en 2008 se unió
Estados Unidos. Para Barack Obama se trató de una prioridad de su mandato con
el objetivo de proteger los intereses del país en la región.
¿Geopolítica o economía?
Pese
a que todas las líneas del acuerdo afectan a intercambios comerciales, también
tiene importantes consecuencias políticas a escala internacional. Estados
Unidos ha perseguido el acuerdo con el objetivo de frenar el poder de China en
la región. Obama aseguró ayer que cuando el 95% de los posibles consumidores de
Estados Unidos viven en el extranjero "no tiene sentido que China escriba
las reglas comerciales". El TPP abre las puertas de nuevos mercados a los
productos made in America.
¿Por qué es polémico?
Tras
más de cinco años de negociaciones secretas, el TPP ayuda a reducir impuestos
en unos 18.000 productos de Estados Unidos en el resto de países, por lo que
para los fabricantes estadounidenses será más fácil competir en el extranjero.
Además, Washington ha impuesto un nuevo plazo en la exclusividad de las
fórmulas empleadas para crear medicamentos para tratar enfermedades como el
cáncer. Los detractores del acuerdo aseguran que si se amplían los plazos de
exclusividad subirán los costos de producción y dejarán los tratamientos fuera
del alcance de los ciudadanos en las naciones más pobres.