domingo, 20 de octubre de 2013

Brasil ya empieza a pensar en su era "pospetróleo"

Hace seis años, Brasil descubrió en aguas profundas de su plataforma continental reservas de petróleo suficientes para convertirse en una potencia exportadora de crudo. Mañana, el gobierno de Dilma Rousseff realizará la primera subasta de contratos de explotación de esos recursos de la llamada capa presal, y, tras haber reformado sus leyes, destinará la mayor parte de esas ganancias a educación, para asegurar que la bonanza energética presente prepare al país para un futuro sin petróleo.
"Ningún país desarrollado ha llegado a serlo sin invertir en educación. Por eso hemos decidido darle prioridad absoluta. Es un compromiso con las futuras generaciones, hay que preparar la sociedad del conocimiento para el Brasil pos-petróleo", señaló a LA NACION el ministro de Educación, Aloízio Mercadante.
Desde que asumió en 2011, la presidenta Rousseff envió al Congreso dos veces el proyecto para dedicar la totalidad de los nuevos royalties petroleros a educación, pero por intereses políticos de corto plazo no consiguió que se aceptara. Sin embargo, tras las masivas protestas que en junio sacudieron al país en reclamo de mejores servicios públicos, logró convencer a los legisladores; finalmente aprobaron una ley que destinará el 75% para educación y el 25% para salud.
"Brasil no quiere repetir errores conocidos, como la llamada «enfermedad holandesa», que por los grandes volúmenes de petróleo se aprecie la moneda, se pierda competitividad en el sector manufacturero y se termine convirtiendo en una economía parasitaria que vive predominantemente de los recursos petroleros", apuntó Mercadante, uno de los hombres de mayor confianza de la mandataria.
Según él, los índices de desarrollo humano de los principales países productores y exportadores de petróleo -salvo Estados Unidos, Canadá y Noruega- son muy bajos, con una concentración de renta muy grande y no siempre se consiguió asociar el petróleo a un proyecto de desarrollo más integrado.
"Como Brasil ya está consolidándose como sexta economía mundial, ya tiene un parque industrial diversificado, es el tercer mayor productor y exportador de alimentos del mundo, tiene que saber utilizar la riqueza petrolera de manera estratégica", explicó el funcionario.
Las ganancias petroleras serán usadas para garantizar una educación integral de calidad, que hoy es una de las grandes deficiencias de Brasil; desde el preescolar hasta la posgraduación. Se invertirá en la alfabetización desde edad temprana, en instalaciones, en la promoción de la enseñanza técnica y profesional, y, además, en la capacitación docente y en la remuneración de los maestros, que hoy tienen un piso salarial de apenas 718 dólares.
"Los royalties petroleros también deben ser canalizados para la formación, valorización y mejoría de los salarios de los maestros y profesores brasileños. Es cierto que un país rico es un país sin pobreza, pero un país sólo será plenamente desarrollado cuando tenga una educación universal de calidad", resaltó Mercadante.
Entre las iniciativas que ya se están llevando adelante se encuentran ampliar la educación obligatoria de 4 a 17 años (hoy es de 6 a 17 años), y lograr que las 200.000 escuelas del país tengan jornada de tiempo completo (siete horas), reforzando la enseñanza de portugués, matemáticas, ciencias y un idioma extranjero (inglés o español).
En la enseñanza secundaria, se buscará que los alumnos tengan acceso a métodos pedagógicos más modernos y se aumentará la capacitación técnica profesional. Se incrementará el número de becas para estudios superiores a través del programa ProUni (hoy 1,2 millones para personas de bajos recursos), y se dará un mayor impulso a los estudios de posgraduación en investigación en áreas de tecnología e innovación (hoy el programa Ciencia Sin Fronteras tiene 53.000 becarios, los mejores estudiantes brasileños que van a las mejores universidades del mundo, y la meta es que haya 100.000 becarios).
"El gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva estuvo marcado por fuertes políticas de inclusión social, que comenzaron a cambiar también el acceso a la educación. Ahora se puso el acento en la ciencia, la tecnología y la innovación. El gobierno de Dilma pasará a la historia como el que más aumentó la inversión en educación y que colocó la educación como una prioridad. Con la aparición de las reservas petroleras del presal se creó una fuente de financiamiento nueva que significará una gran herencia para las generaciones futuras", subrayó el ministro.