Davos (Suiza) 17 ENE 2017. En un discurso que en cualquier
otra época hubiera podido compartir casi cualquier presidente de Estados Unidos
y en claro contraste con los postulados que defiende el presidente electo
Donald Trump, Xi Jinping ha hecho de su estreno en el Foro de Davos la
plataforma desde la que erigirse en el líder mundial de la globalización y el
libre comercio. Xi advirtió que “nadie sale vencedor de una guerra comercial” y
descartó que su país vaya a emprender una guerra de divisas, ahora que el nuevo
equipo de Trump empieza a quejarse de la fortaleza del dólar.
Nadie parece defender en estos momentos de descontento social
y resaca de la crisis financiera la globalización con tanto entusiasmo como el
presidente chino y a ello dedicó buena parte de su discurso inaugural de la
edición 2017 del Foro Económico Mundial (WEF, en sus siglas en inglés). “Muchos
de los problemas que ahora tiene la economía global no proceden de la
globalización”, apuntó Xi en su discurso, para el que contó con ayuda del
teleprompter. “La crisis financiera no fue resultado de la globalización sino
de la falta de regulación adecuada y la búsqueda de beneficios a toda costa”,
recalcó. El líder chino desgranó en su intervención los beneficios aportados
por la globalización aunque reconoció que es un “arma de doble filo” que ha
agravado la brecha entre ricos y pobres, entre el norte y el sur. “Los chinos
suelen decir que los dátiles crecen en arbustos espinosos. Nada es perfecto”,
afirmó Xi.
El primer presidente chino en acudir a Davos defendió un
nuevo modelo de crecimiento inclusivo, con la innovación como principal motor,
e incidió en la necesidad de adoptar un enfoque coordinado entre los países.
“Hemos de promover la liberalización del comercio y la inversión diciendo no al
proteccionismo. Porque nadie saldrá vencedor de una guerra comercial”, advirtió
Xi en clara alusión a los mensajes proteccionistas que ha lanzado el presidente
electo Trump. “Nos guste o no, la economía global es el gran arbusto del que no
podemos escapar. Cada uno debe elegir el mejor camino y el ritmo que se adapte
a sus necesidades”, insistió.
“Apostaremos por una red de acuerdos comerciales libres y
abiertos”, apuntó, en clara referencia al Acuerdo de Asociación Transpacífico
(TPP, por sus siglas en inglés) aprobado por la saliente Administración de
Barack Obama –aunque aún no ratificado por el Congreso—y con el que EE UU
pretendía aislar comercialmente a China. Y aunque lo mencionó de pasada, a
nadie en la sala se le escapó su compromiso a “no vamos a lanzar una guerra de
divisas”.
Horas antes, el único delegado no oficial de la
Administración de Trump desplazado al WEF, Anthony Scaramucci, asesor económico
de Trump durante la campaña que le acompañará a la Casa Blanca, advirtió en una
intervención que las autoridades estadounidenses deben “tener cuidado” con la
fortaleza del dólar, después de que Trump considerara que la moneda es en estos
momentos “demasiado fuerte”. El renminbi se depreció el año pasado casi un 7%
frente al dólar, como consecuencia de una salida masiva de capitales
extranjeros del país.
Xi volvió a recuperar el papel de líder de los países
emergentes y reclamó un mayor peso de las economías en desarrollo en los foros
de gobernanza global y recabó los mayores aplausos de la sala cuando defendió
la vigencia del acuerdo de París contra el cambio climático y la necesidad de
implementarlo.
Nadie quería perderse el discurso de Xi en el Foro Económico
Mundial (WEF, en sus siglas en inglés). Ni el aun vicepresidente de EE UU, Joe
Biden, ni el número dos del Fondo Monetario Internacional (FMI), David Lipton,
ni los centenares de ejecutivos, economistas y periodistas que abarrotaban la
sala principal del Centro de Congresos como en pocas ocasiones. El líder chino
era perfectamente consciente de la clase de público que acude a estos
encuentros y lanzó su propio anzuelo. “En los próximos ocho años, China
importará productos y servicios por ocho billones de dólares, aprobará
proyectos de inversión extranjera por 650.000 millones e invertirá 750.000
millones en el exterior. Además, 700 millones de turistas viajarán al
extranjero”. “China mantendrá las puertas abiertas a la inversión, no las
cerraremos. Esperemos que también lo hagan los demás”, concluyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario