La columna de Carlos Pagni: el
hambre en la Argentina, un problema que no se mide
Escuchar a los pobres podría
ser la clave para que el gobierno de Alberto Fernández encuentre cómo combatir
un flagelo que persiste en el país desde hace años.
El viernes, el presidente
electo Alberto Fernández encabezó una reunión a la que asistieron
sindicalistas, empresarios y hasta referentes de la gastronomía, en lo que fue
el inicio del Plan Argentina contra el Hambre. Marcelo Tinelli, Pérez Esquivel,
Estela de Carlotto, Héctor Daer, Pablo Micheli y Roberto Baradel y Narda Lepes,
entre otros, dijeron presente.
Carlos Pagni, columnista de
Telenoche, analizó este escenario y cómo la pobreza es un problema que
trasciende generaciones en la Argentina. A continuación, los puntos destacados.
19/11/2019
- La pobreza es un tema
recurrente en la Argentina desde hace muchos años. La informalidad y la
exclusión irrumpieron con fuerza en el país probablemente en la crisis que fue
desde 1998 al 2003, y con ellas el problema del hambre. Sobre este último
punto, hay dos cuestiones a determinar: cuánto hay y qué hacer con él.
- Este año se le otorgó el
Premio Nobel a tres economistas, que están radicados en EEUU, por sus estudios
sobre el hambre. Dos de ellos, Abhijit Banerjee y Esther Duflo, escribieron un
libro que se llama "Economía de la Pobreza", que aborda las
estrategias para combatirla.
- De acuerdo con los autores,
el gran problema de los programas para reducir la pobreza y el hambre es que
quienes los diseñan no escuchan a los pobres. Probablemente, leer ese libro sea
una buena experiencia para el presidente Alberto Fernández o para Daniel
Arroyo, que se presume que va a ser su ministro de Desarrollo Social.
- Para Banerjee y Duflo, un
pobre es un genio de la economía, porque es capaz de vivir, por ejemplo, con 9
centavos de dólar en Miami. Entonces, ¿por qué no preguntarle a ellos qué hacer
con el dinero? Esto remite a la idea de la tarjeta alimentaria. ¿Es una buena idea
decidir que lo que necesita el pobre es comprar alimentos, o necesitará otra
cosa?
- Con respecto a qué sabemos
del hambre, lo cierto es que éste no se mide. Sí tenemos registro de la pobreza
a través del acceso a una canasta de productos básicos. En tanto, la indigencia
también se calcula con alimentos, en base a una canasta elaborada en los años
80' de 2000 calorías básicas por día. Sin embargo, ésta no se carga con datos
desde el año 2004, por lo que no sabemos qué come la gente en realidad ni cuántos
están por debajo de esos requerimientos.
- Es por eso que, antes de
repartir una tarjeta, tendremos que saber qué es lo que comen los argentinos,
quiénes están por debajo de lo deseable y luego evaluar qué mecanismo es el más
eficiente para resolver el problema.
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