El BID estima que 1.2 millones de estudiantes
latinoamericanos no volverán a las aulas después de la cuarentena
María Nöllmann. 23 de julio de 2020
¿Cómo será la vuelta a las aulas? ¿Cómo se recuperará el
contacto con los chicos que no pudieron cursar de manera digital? ¿Cómo será la
brecha generada entre ellos y quienes sí lo pudieron hacer? En medio de un
contexto de cambio radical en los métodos de enseñanza, diversos especialistas
y referentes en educación a nivel mundial discutieron sobre los efectos de la
modalidad virtual en la desigualdad educativa de América Latina y plantearon
que este será uno de los principales desafíos que tendrán que afrontar los
sistemas educativos de la región una vez que finalice la pandemia de Covid-19,
que dejó a más de 165 millones de estudiantes sin clases presenciales.
Los interrogantes de los especiales se plantearon en el
evento virtual "Una oportunidad para transformar: la educación
latinoamericana y los desafíos Pos-Covid-19", organizado por la Red
Latinoamericana de Organizaciones de la Sociedad Civil por la Educación
(Reduca) -cuyo líder es la asociación civil argentina Educar 2050-, en conjunto
con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Ministerio de Educación de
Ecuador.
A pesar de que entre los panelistas del evento coincidieron
en que la vuelta a las clases deberá ser progresiva-los alumnos cursarán
algunos días de la semana de manera presencial y otros de forma virtual-,
algunos especialistas manifestaron su preocupación por la futura aplicación de
este modelo en zonas vulnerables, especialmente las rurales y alejadas de los
centros urbanos, y afirmaron que las brechas de aprendizaje generadas por la
falta de acceso a la educación virtual de algunos alumnos ya son visibles en el
territorio latinoamericano.
"Hicimos estimaciones. Según nuestros cálculos, 1,2
millones de estudiantes de nuestra región no van a volver a la aulas cuando
estas abran. Esto es un 16% más de los que ya estaban afuera del sistema
educativo", dijo Marcelo Pérez Alfaro, del BID. Según el economista y
especialista en educación, esta cifra es consecuencia de la caída de ingresos,
el grado de preparación que tenían los sistemas educativos a mano cuando llegó
la pandemia y la disposición y la conexión a internet de las familias. Es por
eso que, para él, uno de los principales desafíos pospandemia será la búsqueda
activa de los estudiantes que hayan desertado y su revinculación con la
escuela.
Por otra parte, Pérez Alfaro afirma, aún sin datos, que el
aprendizaje y las habilidades alcanzadas por los alumnos que accedieron a las
clases en modalidad virtual serán menores de los esperados. "Esto va a ser
muy desigual y afectará sobre todo a los estudiantes que están en una fase
temprana de la alfabetización", pronosticó.
María Victoria Angulo, ministra de educación de Colombia,
remarcó este punto y enfatizó la necesidad de generar mecanismos para
identificar las brechas educativas, que se harán visibles después de la vuelta
a clases. "Tenemos que generar mecanismos de medición de la educación para
eliminar las desigualdades. En cuanto a los problemas entre tecnología y
equidad, sostuvo que el gobierno colombiano tendrá que avanzar en la mejora de
los niveles de conectividad de sus alumnos.
"El próximo examen PISA va a ser muy importante para
estudiar el rendimiento de los alumnos en este último tiempo", afirmó
Andreas Schleicher, Director de Educación de la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económicos (OCDE). A su vez, subrayó la necesidad de comparar
los resultados de los diferentes países en estos exámenes para poder analizar y
sacar conclusiones sobre sus métodos de educación durante la pandemia.
También participaron del evento Monserrat Creamer, ministra
de educación de Ecuador; Andy Hargreaves, investigador de la Universidad de
Ottawa y Boston College, y Leo Burd, director del programa de Educación
Creativa del MIT Learning Lab.
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