En un seminario organizado por la
Fundación Libertad e Infobae, el prestigioso historiador británico se refirió
además al impacto global del coronavirus y sus posibles efectos económicos,
sociales y políticos en un mundo donde la globalización ya estaba en franco
retroceso
2 de Julio de 2020
La responsabilidad de China en la
pandemia
Seis meses después de los primeros
reportes sobre un nuevo coronavirus, con más de 10 millones de contagios
confirmados y 517.00 muertes, el mundo aún se encuentra intentando entender la
dimensión de la pandemia, buscando a los responsables de su rápida expansión,
ensayando métodos para mitigarla y pensando en el día después, con un mundo
golpeado económicamente, una globalización en retroceso y el recrudecimiento de
la rivalidad entre Estados Unidos y China.
Niall Ferguson, influyente historiador
británico y catedrático de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos,
dialogó este jueves sobre estas cuestiones durante durante un webinario
organizado por la Fundación Libertad e Infobae, y moderado por el escritor
peruano Álvaro Vargas Llosa.
“Este desastre ocurrió por culpa del
sistema de partido único de China, que encubrió el inicio de la pandemia y
retrasó las acciones para contenerlo”, consideró Ferguson. “China es el régimen
autoritario más poderoso del mundo y su respuesta al coronavirus fue brutal: el
confinamiento de Wuhan con las puertas de los edificios soldadas para la evitar
la salida de las personas, no debió convertirse nunca en un modelo a seguir”,
agregó el historiador, un fuerte crítico de las cuarentenas estrictas. “Es
importante establecer que este desastre tiene su origen en un estado no
democrático y no creo que sea accidental que ese sea el caso”, agregó.
El ejemplo de Taiwán
“Taiwán es uno de los pocos que tuvo
éxito en contener la pandemia, pero fue ignorado por la Organización Mundial de
la Salud (OMS). Ellos desconfiaban de Beijing, asumieron que algo malo estaba
pasando y sabían cuán peligrosos y fáciles de contagiar eran los coronavirus
como el SARS y el MARS”, señaló Ferguson.
Además de Taiwán, el historiador
considera que Israel y Corea del Sur son los otros grandes casos de éxito, y
que Alemania y Japón tuvieron muy buenos resultados. Ninguno de ellos
implementó cuarentenas estrictas siguiendo el modelo chino.
Niall Ferguson sobre el impacto del
COVID-19 en Sudamérica
Muchos países occidentales, que en el
papel estaban muy bien preparados para la pandemia, lo manejaron muy mal. Entre
estos, Ferguson menciona a Estados Unidos, Reino Unido, Italia y España, todos
los cuales tuvieron altas tasas de mortalidad e importantes excesos de muertes
con respecto a sus registros históricos.
“Testeos rápidos y masivos para
identificar a los infectados, y rastreo de contactos, esa es la llave al éxito.
Los países que lo hicieron tuvieron una mortalidad mucho menor o mínima, los
que no lo hicieron tuvieron un exceso de muertes mucho mayor, como Estados
Unidos y el Reino Unido”, consideró.
Para el catedrático, autor de 15
libros sobre historia económica y financiera, las cuarentenas han tenido
efectos económicos muy duros sin proveer soluciones reales para mitigar la
pandemia. Para ilustrarlo se refirió al caso de Argentina, un país que ya atravesaba una crisis financiera, el cual
“está teniendo un efecto económico desastroso” y que sin embargo cuando
inevitablemente tenga que abrirse “sufrirá la misma pandemia que los demás”. “Sólo
ha pospuesto la diseminación inevitable del virus”, consideró, citando como
ejemplo la “extremadamente alta” mortalidad en exceso en Ecuador, Chile y Perú.
“Basil es notable porque es uno de los pocos países que hace que Estados
Unidos parezca estar bien”, ironizó.
El retroceso de la globalización
Ferguson considera que el actual brote
del coronavirus Sars-COV-2 es una “pandemia de redes”, ya que no se trata del
virus en sí, cuya forma de actuar fue reconocida rápidamente, sino de las
estructuras de redes sociales utilizadas para diseminarse: la globalización.
“Los desastres tienen una notoria
capacidad para la metamorfosis. Se los ve venir como rinocerontes, pero cuando
llegan se convierten en cisnes negros. Es decir que podemos saber que su
llegada es inminente pero nos sorpende cuando están aquí”, explicó el
historiador. “Pero también pueden mutar
hasta convertirse en un rey dragón, es decir un evento tan importante en su
escala que puede cambiar las estructuras de poder y tener efectos duraderos en
los años posteriores”, ahondó.
La Primera Guerra Mundial es un claro
ejemplo citado por Ferguson, un verdadero “rey dragón” no por la cantidad de
muertos causados (entre 10 y 20 millones) sino por la manera que cambió al
mundo: la revolución rusa, el surgimiento del medio oriente moderno, la caída
de los grandes imperios europeos y el camino que llevaría a la Segunda Guerra
Mundial, entre otros.
“Tiendo a pensar que el COVID-19 será
un rey dragón, no por la mortalidad que se encuentra muy por debajo de otras
pandemias, pero por las consecuencias económicas sociales y políticas,
especialmente si estas llevan a una segunda guerra fría o una tercera guerra
mundial”, señaló.
Una de estas consecuencias es el
retroceso mayor de la globalización, explicó Ferguson, que ya venía dando
marcha atrás desde la crisis financiera global de 2008. “Será muy difícil luego
del COVID-19 volver a los niveles de alta permeabilidad de las décadas
anteriores, especialmente en materia de vuelos internacionales, que ayudaron a
diseminar el virus”, explicó Ferguson, agregando que muchos han entendido
ahora, gracias a las teleconferencias forzadas por el aislamiento social, lo “absurdo”
de realizar eventos masivos con invitados de todo el mundo.
Impacto geopolítico
Otra gran consecuencia citada por el
historiador es geopolítica: “La segunda guerra fría entre Estados Unidos y
China ya había empezado, pero la pandemia lo dejó en evidencia”. El autor cree
que este conflicto se intensificará en los próximos años y que Taiwán será el
punto central de la escalada, aunque la atención actual está concentrada en el
virus y en el movimiento contra el racismo Black Lives Matter, no en el choque
entre potencias.
“Un conflicto fronterizo entre China e
India hubiera sido primera plana antes de la pandemia. Lo mismo la partición de
Libia entre Rusia y Turquía”, dijo, mencionando algunos de los hechos
geopolíticos más importantes ocurridos en 2020.
Ferguson nació en Escocia en 1964 y
estudió historia en la Universidad de Oxford, en Inglaterra, donde alcanzó el
grado de Doctor en Filosofía. Su área de especialidad es la historia económica
y financiera.
Actualmente es investigador senior de
la Hoover Institution, en la Universidad de Stanford, y miembro del Belfer
Center para Ciencia y Asuntos Internacionales de Harvard, ambos en Estados
Unidos. Es también profesor visitante en la Universidad Tsinghua, en China. En
el pasado ostentó las cátedras Laurence A. Tish de Historia en la Universidad
de Harvard, en Estados Unidos, y la William Ziegler de Administración en la
escuela de negocios de la misma casa de estudios.
También es columnista en la agencia
Bloomberg, y fundador y director de la consultora Greenmantle LLC. Para el
Channel 4, en el Reino Unido, escribió y presentó en 2003 un trabajo sobre la
historia del Imperio Británico.
Ha escrito y publicado 15 libros sobre
historia económica y financiera, centrados especialmente en el siglo XX. Como
biógrafo se adentró en la vida del banquero Siegmund Warburg y del ex
secretario de Estado estadounidense y analista internacional Henry Kissinger,
sobre el cuál ha publicado el primero de una serie de volúmenes.
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